El pasado 28 de abril el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hacía público el plan de transición hacia la “nueva normalidad” tras el impacto provocado por el coronavirus. Aunque no hay fechas concretas, se espera que las medidas se extiendan hasta principios de junio, aunque la evolución podrá ser diferente en cada provincia o isla, dependiendo de la situación sanitaria y epidemiológica. Se prevé una desescalada con un grave impacto en los negocios, pero el tiempo dirá cómo se desarrollan las diferentes fases.
La desescalada para el comercio y la hostelería
En el programa español se establecen cuatro fases en las que se prevé, en cada una de ellas, la reactivación de diferentes sectores. En lo que atañe a comercio y hostelería, se ha establecido lo siguiente:
Fase 0: preparación
En este primer momento, los locales podrán abrir con cita previa. Por ejemplo, los restaurantes podrán ofrecer un servicio de comida a domicilio con el que los clientes puedan a ir a recoger su pedido ellos mismos (manteniendo las medidas de seguridad).
Fase 1: inicio
Se permitirá la actividad del pequeño comercio, pero no la de grandes superficies donde las aglomeraciones son más probables. En cuanto a los bares, se permitirá el uso de las terrazas al 50% de su capacidad.
También se podrán realizar actos y espectáculos en salas con menos de 30 personas y un tercio del aforo.
Fase 2: intermedia
Llegados a este punto, se podrán abrir los centros comerciales aunque el aforo estará limitado al 40% de su capacidad para mantener una distancia mínima de 2 metros. Además, habrá un horario especial y de atención preferente a mayores de 65 años.
En la restauración será posible abrir el interior de los locales con un tercio de su aforo y solo con servicio en mesa.
En este momento los cines, teatros y auditorios también podrán abrir sus puertas reduciendo su capacidad a un tercio y con asientos preasignados para garantizar la distancia mínima.
Fase 3: avanzada
En esta última fase la limitación de aforo en comercios será del 50%. En el caso de bares y restaurantes todavía no hay datos confirmados, aunque, a priori, todo apunta a que se suavizarán las restricciones con respecto a la fase anterior.
Además de esto, todavía no se ha hecho público si serán necesarias medidas adicionales de seguridad y desinfección en los locales. Se recomienda, eso sí, el uso generalizado de mascarillas y guantes para evitar la propagación del virus, especialmente en espacios cerrados.
Por otro lado, las tiendas de ropa en el norte de Europa que están volviendo a la normalidad han instaurado protocolos de higiene y seguridad. Estas tienen que ver, sobre todo, con restricciones de aforo, equipamiento de seguridad para empleados y clientes y nuevas normas en los probadores. Su uso es intercalado, uno sí y uno no, y se aplica una cuarentena de 48 horas sobre las prendas probadas. En España, de momento, todavía no se han anunciado protocolos concretos ni medidas específicas dentro de las tiendas de ropa.
En el caso de las peluquerías, que abrirán con cita previa a principios de mayo, existen recomendaciones que siguen las mismas pautas: distancia e higiene. No habrá revistas que puedan pasar de mano a mano ni tampoco dispensadores de agua. De igual forma, a los empleados se les recomienda cambiarse de ropa al entrar en el local y utilizar guantes y mascarilla.
En el caso de los bares y restaurantes, algunos propietarios se plantean la instalación de mamparas para garantizar la seguridad de sus comensales. Lo que sí estará claro es los locales deberán encontrar la forma de redistribuir su espacio para garantizar la distancia de seguridad y que las terrazas serán un gran recurso para ganar metros en el caso de los bares y reducir el impacto económico del coronavirus. Es más, desde algunos ayuntamientos, se está planteando la posibilidad de flexibilizar o ampliar los permisos municipales para la instalación de terrazas exteriores durante esta temporada.
Cuáles son los efectos económicos de la crisis para los negocios
La paralización de la actividad y el confinamiento de la población debido al coronavirus ha provocado un impacto en la economía: una caída inédita del PIB del 5,2% entre enero y marzo. Y es que, por consecuencia, el consumo en los hogares, la inversión y las exportaciones se han visto frenadas. Se prevé que el segundo trimestre arrastre las consecuencias de la crisis y que empiece a haber mejoras hacia finales de año.
Según informa la agencia EFE, desde el punto de vista de la oferta, los sectores con mayores caídas trimestrales fueron las actividades artísticas o recreativas (11,2%); comercio, transporte y hostelería (10,9%); construcción (8,1%), actividades profesionales, científicas y técnicas (8%) e información y comunicaciones (5,5%).
Las medidas de desescalada han sido recibidas con recelo por parte de los propietarios de negocios. Aunque no hay cifras precisas y es pronto para hacer previsiones, los expertos creen que esta crisis provocará el cierre de muchos negocios o que, en el mejor de los casos, se endeudarán para sobrevivir. Sin embargo, el tiempo dirá el impacto económico del coronavirus.