Las obras en la madrileña Plaza de España han descubierto tres cámaras del antiguo Palacio de Godoy, un edificio construido a finales del siglo XVIII por el arquitecto Francesco Sabatini, responsable de otros monumentos capitalinos como el Palacio Real o la Puerta de Alcalá.
El hallazgo, que se convertirá en un atractivo arqueológico integrado en la reforma de ese entorno urbano, es una muestra de la riqueza que la historia ha ocultado en el subsuelo de muchas otras ciudades europeas, como Roma, con tantos tesoros bajo tierra como en su superficie, o París, con sus conocidas catacumbas.
Principales ciudades subterráneas en Europa
Además de los citados restos arqueológicos que se encuentran en las ciudades subterráneas de Roma o Paris, hay otras ciudades europeas que tienen obras de arte asombrosas en su subsuelo. Son las siguientes:
Lisboa
Bajo la Rua da Prata, una céntrica calle lisboeta, discurren las catacumbas que los primeros cristianos construyeron en el siglo I como lugar de culto. Es una red octogonal de bóvedas bajas y fuertes a las que se accede desde una alcantarilla. Solo pueden visitarse durante tres días de septiembre, cuando se drena el agua que las inunda el resto del año.
Bruselas
El Palacio de Coudenberg fue la fastuosa residencia del emperador Carlos V y de otras familias reales. En el siglo XVIII fue destruido por un incendio y sobre sus restos se levantó el actual Palacio Real. Esas ruinas hoy se pueden visitar tras una recuperación que ofrece un viaje al pasado a través de amplias cámaras, habitaciones y pasillos a los que se accede desde el Museo Bellevue.Estambul: Algunos lo llaman el Palacio Sumergido por el volumen de la construcción. En realidad, la Cisterna Basílica es un colosal depósito subterráneo de agua que abasteció desde el siglo VI al Palacio Bizantino. Sus 336 columnas de nueve metros de altura dan una idea de las dimensiones de esta asombrosa obra de ingeniería.
Nápoles
Los griegos comenzaron a excavar la red de galerías que recorre el subsuelo de la ciudad en el siglo III a.C. Los romanos ampliaron la estructura con varios acueductos que se prolongaban a lo largo de decenas de kilómetros. En el siglo XX, esta ciudad bajo la ciudad sirvió de refugio para protegerse de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Hoy es un atractivo turístico más de la capital del sur de Italia.
Edimburgo
Siglos atrás, la ciudad se fue expandiendo desde el castillo real formando un denso tejido urbano donde el escaso espacio obligaba a construir unas casas encima de otras. Las familias con más recursos vivían en las platas superiores; las más pobres horadaban la tierra para permanecer debajo con su ganado. Muchas de esas construcciones se conservan bajo la Royal Mile, la arteria principal del Edimburgo medieval.
Génova
En la bahía de este antiguo puerto comercial confluía el laberinto de calles estrechas donde se condensaba toda la vida de la ciudad. Una estructura similar se reprodujo en el subsuelo, en el que se habilitaron zonas de almacenaje y bodegas que se fueron conectando a través de pasajes y túneles. Con el tiempo, incluso se construyeron zonas de reunión, tabernas y una necrópolis para enterrar a quienes fueron víctimas de una epidemia de peste en el siglo XVII.
Como se puede ver, Europa no solo tiene una gran riqueza cultural y arquitectónica visible en sus ciudades, sino que, además, sus ciudades subterráneas también son ricas en asombrosos yacimientos arquitectónicos que nos recuerdan el pasado y que está muy bien contemplar desde el presente y deleitarse con ellas.