Aunque la demanda nacional ha entrado ya en escena, la recuperación del mercado de la vivienda vacaciones no podría entenderse sin los compradores extranjeros.

Por todos es conocido que Baleares siempre ha sido un punto de interés para el turismo internacional. Sin embargo, cada vez más los turistas se convierten en activos compradores de viviendas. En 2016 adquirieron más de 53.000 casas, el grueso de ellas en la costa, siendo Baleares uno de los destinos preferidos de los extranjeros para asentar su residencia vacacional. En los últimos 12 meses, las islas aumentaros sus ventas hasta en un 50%.

Alemanes y británicos copan las primeras posiciones de compradores extranjeros en Baleares, incorporándose en 2017 los suecos como potenciales clientes de viviendas en las islas. Este tipo de cliente valora es la calidad de la oferta complementaria que ofrece Mallorca, así como la seguridad, las infraestructuras sanitarias y educativas, la oferta de restauración y la cercanía de cualquier punto turístico con el aeropuerto.

El 83,7% de las más de 53.000 compraventas cerradas por este demandante en 2016 fueron de segunda mano, frente a un 16,3% que optó por una casa nueva, aunque cada nacionalidad busca una tipología de vivienda distinta. Mientras los daneses, holandeses, suizos, noruegos, británicos y alemanes se decantan en mayor grado por las casas de más de 100 metros cuadrados, los italianos, franceses y suecos prefieren superficies de entre 40 y 60 metros cuadrados.

Con todo ello, la compra de una vivienda en Baleares puede convertirse en una gran inversión: comprar un inmueble sabiendo que se puede vender al público extranjero, o incluso alquilarlo en periodos vacacionales, tan solicitados en las islas por este tipo de cliente. Además, en el caso del alquiler, la estacionalidad se amplía considerablemente, dado que la temporada se inicia en primavera y acaba prácticamente en invierno.