Con la llegada del otoño, tenemos que despedirnos de los largos días de sol, del buen tiempo y también de las sobremesas. ¿Estás seguro de que no hay más opciones? Quizá haya llegado el momento de que te plantees cerrar el balcón para así poder disfrutar durante más meses del año de largas conversaciones, de dulces siestas o de leer un libro con vistas a la ciudad. Si te atrae la idea y quieres conocer algunos detalles de cómo hacerlo de forma segura y según la normativa, te invitamos a leer estos consejos.
Qué ventajas tiene
El principal beneficio de cerrar una terraza es ganarle metros cuadrados útiles a la casa. Según Eugenia Marta Galdós, socio de Intra Arquitectos: “Muchos clientes lo hacen porque quieren ampliar el salón, o hacer un estudio o comedor. Pero otro de los motivos más comunes suele ser evitar las humedades o filtraciones de agua al piso de abajo”. Otra de las grandes ventajas es que tu vivienda ganará luz natural, especialmente si usas cristal. Ésta entrará de forma más directa al interior de la vivienda, aportando mayor luminosidad y calor, y en consecuencia, notarás una considerable reducción en la factura.
Qué pasos hay que seguir
Un buen profesional nos asesorará sobre el proyecto que mejor responda a nuestras necesidades, pero además garantizará una correcta impermeabilización del espacio, un adecuado aislamiento térmico, que las uniones estén bien selladas y la utilización de los mejores materiales. No hacerlo puede traer consecuencias muy desagradables, a la larga. Así opina Marta Galdós: “Por ejemplo, usar el acero en un apartamento situado en una zona costera sería un error, ya que con el tiempo se podría producir la corrosión del componente y tendríamos que sustituirlo por otro más adecuado”.
Otro de los grandes quebraderos de cabeza que suelen producir este tipo de reformas es conocer la normativa vigente. Por un lado está la municipal, por otro lado –y no menos importante- la de tu comunidad de vecinos. Marta Galdós añade que normalmente hay que presentarle al ayuntamiento una “memoria valorada” o un proyecto técnico con la dirección de obra, donde se describan minuciosamente las alturas, los volúmenes y cómo afectará esta reforma a la fachada. También añade que una vez recibido el visto bueno local, habrá que aportar aproximadamente un 4% del total del proyecto en concepto de licencia de obra”.
Qué materiales me convienen más
En este punto, conviene tener en cuenta varios factores: uno de ellos es la ubicación. Dependiendo de la localidad en la que nos encontremos, será conveniente utilizar una carpintería con mayores o menores prestaciones térmicas. Los cerramientos con vidrio laminar, sin carpintería, no ofrecen tanto aislamiento acústico o térmico, pero permiten disfrutar mejor de las vistas y dan una imagen de mayor transparencia.
En cuanto a la orientación, si el balcón da al norte, una buena elección sería colocar paños de vidrio lo más grandes posible y evitar la carpintería. Si la orientación es al sur, es importante aislar el espacio lo mejor posible, para que no se produzca el “efecto invernadero” cuando el sol bañe la cubierta.
Javier Manzaneque, Delegado Comercial de Cristalar, asegura que actualmente hay una tendencia muy extendida entre la mayoría de sus clientes: “las peticiones que nos suelen hacer son las cortinas de cristal, sin perfilería vertical. La peculiaridad es que se trata de vidrios templados a 90 grados y de 10 mm de espesor, siendo su principal ventaja que no rompen la estética de las fachadas, no quitan las vistas y se pueden abrir al 100%. Además, muchos ayuntamientos están permitiendo instalarlos sin problemas”. En invierno, este tipo de vidrio ofrece una ventaja adicional y es que aísla muy bien la vivienda y mantiene la temperatura del resto de la casa. A nivel presupuestario, el metro cuadrado roza los 190€.
Otra de las tendencias es la cristalería en terrazas de grandes dimensiones. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos espacios están expuestos a muchos cambios de temperatura, lluvia, salitre… y por eso es importante apostar por materiales de buena calidad. Para lograr un mayor aislamiento térmico, siempre habrá que contar con perfiles con rotura de puente térmico y doble acristalamiento. Existen en el mercado también vidrios bajo emisivos que mejoran las condiciones térmicas del interior.
Escatimar en este punto no tiene sentido ya que nos puede pasar factura a medio y largo plazo: la perfilería económica no aísla bien y podría provocar pequeñas fugas de calor obligándonos a cambiarla con el tiempo, lo que significaría una doble inversión.