La pandemia de la COVID-19 ha supuesto grandes cambios en la vida de las personas, y muchas de ellas han comenzado a diseñar estrategias de cara a la nueva situación que se vive desde el año 2020. El comienzo del confinamiento supuso un cambio radical en los hábitos de la gente y les obligó a pasar más tiempo dentro de sus viviendas. Este hecho ha replanteado los gustos de la población y las grandes empresas han cambiado y reconducido sus proyectos.
Características principales
Al pasar gran cantidad de tiempo en casa, los compradores demandan ciertos aspectos a los que antes no se les daba tanta relevancia. En primer lugar, toma gran importancia el gusto por viviendas con espacios amplios en los que puedan convivir varias personas. A esto se le suma la preferencia de viviendas con jardines, en los que poder disfrutar de un espacio privado al aire libre o, en el caso de los más urbanitas, se buscan viviendas que dispongan de una amplia terraza. Por otro lado, el gran auge que ha tenido el teletrabajo, ha provocado que los clientes reclamen habitaciones espaciosas en las que puedan desempeñar sus funciones laborales sin necesidad de invadir otros espacios de la casa.
Además, como se ha ido viendo desde hace un tiempo, los consumidores tienen un especial interés por las viviendas que contengan complementos sostenibles y tecnológicos, entre los que destacan técnicas como la domótica.
Los nuevos compradores demandan este tipo de espacios a la hora de tomar una decisión. Entre todo ello, hay una clara preferencia entre las viviendas con espacios múltiples y amplios, así como con zonas al aire libre.
Fin al éxodo hacia lo rural
En el año 2020 se vivió un momento de incertidumbre. Tras la obligación de permanecer en nuestras viviendas durante varios meses, con la posterior vuelta a una relativa normalidad mucha gente decidió abandonar las grandes aglomeraciones y buscar espacios rurales, apartados del gran ruido de las ciudades. La oportunidad del surgimiento del teletrabajo causó una tendencia al alza de la venta de viviendas en ámbitos rurales. No obstante, esto parece haber sido algo coyuntural, ya que ha repercutido menos de lo esperado. La falta de oportunidades y de buenas conexiones, unidas a la disminución del teletrabajo y el retorno de la presencialidad en las empresas, han provocado un descenso de compra de viviendas en el espacio rural. Ante esto, queda demostrado que las grandes ciudades son las que realmente acumulan la gran parte de la demanda de vivienda y de las compras de viviendas, sobre todo respecto a las pequeñas ciudades.
Recuperación del sector
A pesar de que la COVID-19 ha provocado una crisis económica de amplias dimensiones, muchas personas han tratado de vivir durante este tiempo sin tener muchos gastos para poder aumentar sus ahorros. El crecimiento económico entre las familias ha sido de 75 millones de euros entre el año 2020 y el año 2021, según un estudio realizado por Funcas, Fundación de las Cajas de Ahorro. Además, el sector de la vivienda se ha reafirmado como un buen espacio para invertir y se asegura que hasta el 76% de los españoles creen que hacerse con una vivienda es la mejor forma de invertir el dinero de cara a tiempos futuros. No obstante, Funcas explica que este crecimiento sustancial de los presupuestos disponibles de los compradores ha implicado un aumento del 6% en los precios de las viviendas.
Estas cifras muestran cómo a lo largo del 2021 y el inicio del 2022, el sector de la vivienda ha experimentado una cierta recuperación desde el inicio de la pandemia. Además, los compradores muestran de forma clara sus preferencias centrándose en viviendas que incluyan grandes espacios, jardines, terrazas, y acompañadas de mejoras sostenibles y tecnológicas.