Reinará a los pies de la City de Londres y modificará por completo el skyline de la capital británica. Se trata de un impresionante rascacielos que convivirá con otros edificios, pero no pasará inadvertido porque será el más alto de todos. Su material tampoco será el habitual: no será de hormigón, tampoco de acero. Será la madera la encargada de revestirlo de arriba abajo. Ya conocemos otros ejemplos en otras partes del mundo pero, sin duda, este será un proyecto igual de ambicioso.
Descubriendo el corazón financiero
Sus 2,5 kilómetros de extensión son suficientes para convertir esta zona en el centro neurálgico de los negocios, el lugar donde se compran y se venden acciones, donde el lenguaje financiero cobra sentido y donde es muy fácil tomarse un café al lado de un broker, al más puro estilo de la película Wall Street.
A pesar de su escasa extensión, aquí conviven rascacielos, compañías, bufetes de abogados, gestoras de fondos, oficinas y sedes de importantes grupos bancarios. Todo el mundo quiere estar aquí. Y no es de extrañar porque los negocios que se cuecen aquí suponen casi un 9% del PIB de Reino Unido. En otras palabras, la City genera alrededor de un millón de puestos de trabajo (directos e indirectos).
Un lugar con sus propias leyes
Este distrito tiene sus propias leyes y hasta su propio alcalde, lo que hace que haya mayor flexibilidad a la hora de tomar cualquier decisión. De hecho, este es el principal atractivo que las firmas europeas ven a la hora de trasladar su sede o al menos tener una representación aquí.
Otro de las grandes ventajas que los grandes grupos empresariales aprecian es que hay un sistema legal propio y la experiencia de jueces, banqueros y abogados trabajando codo a codo en un mismo espacio hace que sea muy ágil tomar cualquier decisión e intercambiar información.
En este distrito financiero trabajan 330.000 personas de todo tipo de nacionalidades y perfiles y muchos la han catalogado ya como el “Wall Street de Europa”, asumiendo su liderazgo incondicional frente a cualquier otra capital europea.
El nuevo skyline será sostenible
Arquitectónicamente, el ecosistema en la City es tan diverso que podemos encontrar edificios de variado estilo, desde el victoriano hasta el más vanguardista. De hecho, esta diversidad es parte del encanto que tiene.
Fue a partir de los años 70 cuando comenzaron a construirse en este distrito londinense edificaciones de gran altura, debido a la escasez de suelo, con el objetivo de conseguir más espacio para oficinas. Construcciones de hormigón, de acero, de cristal… pero no de madera. Hasta que surgió este proyecto liderado por el departamento de Arquitectura de la Universidad de Cambridge junto con el estudio PLP Architecture y la consultora Smith y Wallwork.
El próximo rascacielos de madera será una impresionante obra de ingeniería civil que contará con 300 metros de altura convirtiéndose en el más alto de la City y rebatiendo el título que hasta el momento ostentaba el Leadenhall Building con 225 metros.
A pesar de su gran altura, sin duda su aportación más destacable será el impacto positivo que supondrá para el medio ambiente esta construcción, ya que evitará la emisión de 50.000 toneladas de CO2 gracias a su revestimiento de madera. Un material del que sus artífices están más que satisfechos por todos los beneficios que aporta y que quizá para muchos son desconocidos: es muy resistente al fuego, silencioso, es más económico y por supuesto más sostenible.