San Pedro de Alcántara, el pueblo marinero que conquista a los turistas y autóctonos

Equipo de Redaccion

Su microclima, la hospitalidad de su gente, su gastronomía y la tranquilidad son algunos de los atractivos de San Pedro de Alcántara, un municipio cercano a Marbella que goza de un enclave privilegiado. Durante el invierno son los sampedrines quienes lo disfrutan pero, en cuanto llega el verano, son miles los turistas que quieren perderse por sus calles, tostarse al sol o degustar un delicioso almuerzo a base de pescado fresco.

Un lugar muy familiar

El privilegio de vivir en San Pedro de Alcántara es que puedes disfrutar de un agradable microclima durante todo el año, eso lo saben muy bien sus habitantes y los miles de turistas que eligen este destino para pasar sus vacaciones. En este municipio todos se conocen, más o menos, en general los vecinos se cuidan unos a otros y la hospitalidad es seña de identidad de su gente. Además, es un pueblo marinero que vive del turismo en verano y de la pesca durante todo el año. Por eso, es fácil perderse por sus calles que huelen a mar o caminar por el paseo marítimo.

¿Buscas tranquilidad o todo lo contrario? No importa porque en la localidad malagueña de San Pedro de Alcántara puedes encontrar planes de todo tipo, recuerda que a unos 10 kilómetros está Marbella y a tan sólo 5 kilométros encontrarás Puerto Banús. Eso sí, el coche es crucial para moverse por aquí y no depender de un transporte público algo limitado.

 

Un paseo marítimo muy atractivo

El sosiego y la calma del invierno dan paso a la animación y bullicio que reina durante el verano. Y es que la población llega a triplicarse con la llegada del verano, época en la que a los sampedrinos comparten playa y paseo marítimo con los turistas de tez más pálida, recién llegados de todas partes. Su paseo tiene unos 14 kilómetros de extensión, un sitio idóneo para practicar deporte, ideal para los amantes del running.

A nivel gastronómico, la oferta es muy amplia: desde restaurantes de gran nivel a pequeños locales y chiringuitos a pie de playa, donde el pescado fresco es el gran reclamo y por supuesto, una apuesta segura. Comerlo frito, al horno, con salsa, con marisco, con arroz o a la plancha es la mayor decisión que deberás tomar, y siempre con la garantía de que llega a la mesa directamente desde el mar.

Rodeado de belleza

Por el norte, San Pedro de Alcántara mira a Ronda que se encuentra a 45 kilómetros de distancia y cuya visita es obligatoria por muchos motivos: querrás ver su bella plaza de toros, descubrir los secretos de sus museos, disfrutar de la sierra rondeña y dejarte llevar por el romanticismo de sus calles; por algo la llaman “la ciudad soñada”.

Los sampedrines también pueden presumir de que golf es el deporte estrella en zona y, por eso, existen 15 campos de golf en sus proximidades, algo que lo convierte en un atractivo más que se suma al buen sabor e increíble microclima de la zona.

En verano, los amantes de la música también tienen su rincón especial con Starlite, un gran festival de música donde celebridades como Elton John, Anastacia, Celine Dion o Enrique Iglesias comparten escenario en el Palacio de Congresos de Marbella.

Los guardianes del tesoro

Para más atractivo, bajo los pies de San Pedro yace un auténtico tesoro: un yacimiento arqueológico que está siendo protegido por sus propios vecinos, quienes se han propuesto denunciar a través de sus móviles cualquier actuación urbanística que ponga en peligro el hallazgo. Aseguran que algunos edificios están construidos sobre ruinas romanas y están dispuestos a que esto no vuelve a suceder, defendiendo el descubrimiento con uñas y dientes. Afirman que, debido a la revolución urbanística vivida en los años 70, donde el ayuntamiento construyó miles de viviendas, centros comerciales y carreteras, se ha perdido gran parte de la riqueza arqueológica de la zona. Dicen también que entre uno y cuatro metros de profundidad se encuentran unas termas y bóvedas romanas, una basílica y una necrópolis. En otras palabras, un auténtico tesoro que no quieren perder.

Y tanto es así que sus habitantes se han puesto de acuerdo para exigir al consistorio que antes de realizar cualquier actuación en la zona, es necesario que un arqueólogo verifique que no hay restos. Y mientras el concejo da una respuesta, los ciudadanos no se han quedado de brazos cruzados, han formado turnos para patrullar la zona y asegurarse de captar cualquier expolio a través del objetivo de sus cámaras.

Foto de campese (Flickr)

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