Rehabilitación y certificación energética: ¿motores del sector?

Equipo de Redaccion

La entrada en vigor del Certificado de Eficiencia Energética y la rehabilitación de viviendas pueden convertirse en dos importantes dinamizadores. Es mucha la expectación sobre la influencia que ambos factores pueden tener en la evolución real del sector.

«Hay toda una oportunidad de negocio en esos déficits que aún nos separan de otros países de nuestro entorno europeo. A través de su acción legislativa, el Gobierno ha dado el primer paso, ahora las empresas deben de saber aprovecharlo». Este es el reto que Pilar Martínez, directora general de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento lanzaba a todos los asistentes a la sesión sobre Eficiencia y Rehabilitación Energéticas organizada por Sima la pasada semana.

Uno de los déficits que para Martínez puede «convertirse en oportunidad para generar riqueza y empleo» es la conservación del parque de viviendas. Con este objetivo la directora general anunció que la Ley de Rehabilitación, regeneración y renovación urbanas será una realidad este verano para poner fin a situaciones como que sólo el 23% del parque español de viviendas cumpla con la normativa de accesibilidad. De hecho desde el ministerio se quiere conocer el estado real de las edificaciones, por lo que se contemplan subvenciones para el periodo 2013-2016, años en que se realizará este diagnóstico general.

Oxígeno para el sector

La nueva ley modifica la Inspección Técnica de Edificios, entre otras razones, para dar entrada a la certificación de la eficiencia energética, en vigor desde este uno de junio. Junto al impulso a la vivienda de alquiler, todas estas medidas están ideadas para oxigenar al sector inmobiliario y de la construcción.

Consciente de que el sector considera imprescindible que se habiliten fondos para hacer realidad esta batería de medidas, la directora general anunció que ya se trabaja en otra herramienta: «Para la rehabilitación hay que atraer financiación», adelantó sin aportar más detalles.

Fidel Pérez Montes, director general del Idae (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) concreta en 100 millones de euros el programa de financiación destinado a la etiqueta energética. Unas ayudas que se canalizan por cuatro vías: mejora del envoltorio técnico, instalaciones térmicas y fomento del uso de energías renovables, biomasa y bomba de calor. Aunque estas subvenciones tienen vigencia hasta 2015, Pérez Montes advirtió que «queremos comprometer este año una buena cantidad de estos fondos».

Desde la Comunidad de Madrid, José Antonio Acosta, defiende que «la inversión en la mejora de la eficiencia energética retorna al ciudadano en forma de ahorro en gasto energético«. El coordinador de Programas y Oficinas de Rehabilitación de Viviendas madrileñas puntualizó que estas medidas pueden corregir hasta el 70% de las pérdidas de energía y lograr ahorros por encima del 30% en las facturas.

‘Menos subvención y más financiación’

La financiación es uno de los temas candentes. Partidario del «menos subvención y más financiación», Acosta asegura que las Administraciones miran a experiencias exitosas en el exterior y en especial al modelo alemán, basado en acuerdos con el banco estatal KfW. Se trata de un organismo asimilable al ICO que ofrece a las comunidades de propietarios créditos con intereses iguales o por debajo del 2,75%. El inglés es el otro modelo estudiado para financiar estas rehabilitaciones energéticas. En este caso se basa el Green deal, acuerdo que permite a empresas privadas ofrecer servicios de rehabilitación sin coste por adelantado que se financian a través del ahorro conseguido en los consumos de la comunidad de vecinos.

«Las subvenciones tienen que ponderarse, pero deben seguir existiendo. Si antes aportabas tres cuartas partes ahora pueden hacerlo en una tercera parte». Esta es la demanda planteada por Agustín Arroyo, director de Rehabilitación y Servicios Sociales de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid, quien identifica la rehabilitación energética y la accesibilidad (ascensores) como prioridades en esta nueva fase.

6.000 certificadores

Para atender la nueva demanda derivada del Certificado de Eficiencia Energética, Fernando García, resaltó el esfuerzo formativo realizado desde el Idae: «Hemos formado a más de 6.000 profesionales». El responsable de Doméstico y Edificios del instituto resalta la importancia de las recomendaciones del certificador, «que tienen que ser técnicamente viables para facilitar esa deseada eficiencia energética», e invita a descargarse los dos programas oficiales de calificación energética, el CE3 y el CE3X.

Luis Vega, del Ministerio de Fomento, recalca la «importancia de actuar sobre el usuario para hacerle partícipe de las mejoras que puede hacer en el inmueble».

En cuanto a las propuestas de la industria para lograr este ahorro energético. Ángel López, director general de Uponor, pone un ejemplo:  los suelos radiantes para calor y frío «pueden aportar un 23% de ahorro energético en una vivienda». Vicente Estivel, de Gas Natural, defiende el concepto de eficiencia energética desde la óptica de «consumir menos pero sin perder confort». Para lograrlo recomienda medidas como la elección de la energía adecuada a cada uso, y la utilización de energías renovables que también aporten «sostenibilidad económica a las soluciones». Por último, Fernando Moliner, consejero de Nogawatio, aporta la visión de las empresas de servicios energéticos, defendiendo que la certificación de eficiencia energética «va a ser parte indiscutible del valor de la vivienda».

Los resultados del estudio Precost&E Rehabilitación Vivienda en Madrid aporta la experiencia de una caso práctico. Un estudio impulsado desde Asprima en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid.

 

Foto @StockMonkeys.com, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

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