¿Quieres conocer los secretos que esconde el Palacio de la Moncloa?

Equipo de Redaccion

¿Sabías que en el dormitorio presidencial han dormido personalidades como Nixon o Eisenhower? ¿Y que hay un búnker construido bajo el palacete para alojar a más de 200 personas en caso de desastre mundial? La construcción no se puede visitar y su interior es una verdadera incógnita, quizá por eso despierte tanto interés. Pero si sientes curiosidad por conocer algunos de sus entresijos, no te muevas porque te los vamos a desvelar uno a uno.

 

Un poco de historia

El edificio fue construido en el siglo XVII y se encuentra situado en una de las zonas más privilegiadas de Madrid, el distrito Moncloa-Aravaca. Su nombre se debe al primer dueño que tuvo la finca, el Conde de la Monclova, aunque con el devenir de los años su denominación sufrió algún cambio lingüístico y derivó en “Moncloa”, tal y como lo conocemos hoy en día. Sin embargo, fue el rey Carlos IV quien mandó construir el palacete para su esposa, María Luisa de Parma, usándolo como residencia familiar. Aunque, si hay que destacar una fecha clave, es 1948 cuando se retomaron las labores de reconstrucción de todo el inmueble tras los daños sufridos durante la Guerra Civil, que fueron innumerables.

 

Cómo es por dentro el edificio

El complejo de la Moncloa ocupa unas 20 hectáreas y está constituido por trece edificios, doce de los cuales se comunican a través de túneles y pasajes subterráneos. Desde 1977 se convirtió en la sede de la Presidencia del Gobierno y en la residencia oficial de la familia del mandatario, además de albergar el Consejo de Ministros, el Gabinete del Presidente y la Secretaría de Estado de Comunicación, donde se celebran las ruedas de prensa. El palacio cuenta con 400 m2 por planta donde se reparten las cocinas, las zonas de servicios y la casa particular del jefe del Gobierno, que cuenta nada más y nada menos que con ocho dormitorios, nueve baños, ocho salones y tres vestidores, además de siete jardines y un helipuerto. Sin embargo, su distribución es un enigma y por motivos de seguridad nadie sabe cómo es. Lo que sí conocemos es que, tanto el palacete como los jardines, han sido catalogados como Patrimonio Nacional.

 

La aportación de sus presidentes

Seis han sido los mandatarios españoles que han habitado en él durante las legislaturas, aunque más de uno ha declarado que hubiera preferido seguir viviendo en su domicilio particular. Sin embargo, por razones de seguridad, todos los dirigentes se han tenido que trasladar con sus familias a esta residencia tras ganar las elecciones.

Cada jefe de gobierno ha querido dejar su huella haciendo reformas, construyendo nuevas salas o decorando a su gusto. Por ejemplo, Adolfo Suárez fue el primero en ocupar la residencia palaciega en 1977 y dejó su sello personal cuando mandó construir la cancha de tenis y reformó la piscina. Felipe González, que llegó con las maletas en 1982, ordenó construir un búnker bajo tierra de tres pisos y mil metros cuadrados, con capacidad para 200 personas. Pocas personas saben que el búnker tiene un cementerio, un hospital, una UVI y un estudio de televisión. El jefe socialista también fue el artífice de la construcción del Consejo de Ministros para acoger las cumbres internacionales y grandes reuniones con otras autoridades. González también es conocido por las tertulias que organizaba en la “bodeguilla”, una especie de tasca sevillana donde él y su mujer, Carmen Romero, recibían a los intelectuales de la época”. González también ideó un pequeño huerto de bonsáis, dada su conocida afición por estos árboles en miniatura.

José María Aznar, que vivió aquí entre 1996 y 2004, fue el responsable de la construcción de una sala de juegos para sus tres hijos, así como de una pista de pádel para practicar su deporte favorito. Las puertas de la Moncloa se abrieron por primera vez en 2004 para  José Luis Rodríguez Zapatero, quien decoró las estancias con mobiliario moderno y obras de arte, nada que ver con la aportación de Mariano Rajoy, que apenas ha realizado cambios en la residencia desde que la ocupara junto a su familia en 2011.

María Ángeles López de Celis, que trabajó durante 32 años como secretaria de cinco mandatarios, conoce muchos secretos y cuenta en su libro “Los presidentes en zapatillas” uno de ellos, que le llamó especialmente la atención. “A nivel pictórico, el palacio es una auténtica joya. Felipe González decoró las paredes con siete Picasso aunque Aznar los sustituyó por siete Miró”.

Aunque resulta muy difícil valorarlo económicamente, la inmobiliaria Nuroa se ha atrevido a ponerle precio. Dada su privilegiada ubicación, el coste del inmueble asciende a 156 millones de euros. Una cifra que, sin duda, dejará con la boca abierta a más de uno.

 

Foto: Flizzz

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