¿No consigues vender tu casa? Quizá sea por esto…
Durante el tercer trimestre de este año, en España se vendieron 121.561 casas, un 16,7% más que en el mismo periodo de 2016, según la estadística de transacciones inmobiliarias del Ministerio de Fomento. El mercado se sigue moviendo. Entonces, ¿por qué algunas viviendas siguen esperando un comprador después de muchos meses?
Un estudio publicado recientemente por la inmobiliaria online Housell analiza las posibles causas y propone soluciones.
¿Vendes a un precio razonable?
Los expertos del sector suelen repetir una idea básica: el precio de la vivienda no lo pones tú, sino el mercado. Eso quiere decir que antes de sacar a la venta una propiedad hay que averiguar la horquilla de precios en que se mueve el metro cuadrado en la zona.
También se puede recurrir a una estrategia simple: si tu anuncio apenas recibe llamadas de compradores interesados, es que te has excedido al estimar su valor. Si te llega una avalancha de ofertas, es que está demasiado barato.
¿Tienes un plan de marketing?
Cuantas más personas sepan que tu casa está en venta, mejor. Hay que recurrir a todos los medios a tu alcance, desde colgar un cartel de ‘Se vende’ en las ventanas y el portal, hasta promocionarlo en plataformas online y redes sociales.
Pero tan importante como visibilizar la propiedad es la presentación que hagas de ella. Se deben cuidar las fotos o los vídeos que se cuelgan. Incluso, si es posible, resulta recomendable que los realice un profesional.
Además, conviene incluir un plano de la vivienda y una descripción clara y precisa de sus características, de los servicios residenciales de los que dispone (jardines, piscina…) y del entorno: proximidad al transporte público, a guarderías y colegios, etc.
El futuro comprador aprecia que la información sea completa, de modo que será útil también aportar las cuotas que se pagan a la comunidad, el importe del IBI y el certificado de la Inspección Técnica de Edificios.
¿Haces lo posible para que tu casa resulte atractiva?
Si tienes personas interesadas en ver la vivienda pero finalmente no recibes ninguna oferta es que el precio es adecuado, pero a los compradores no les gusta lo que ven. Por eso los expertos de Housell aconsejan realizar una reforma completa, lo que puede aumentar hasta en un 15% la rentabilidad de la transacción.
En el caso de no contar con presupuesto para una obra así, al menos se deberían arreglar los desperfectos más evidentes: paredes desconchadas, puertas que no cierran, humedades…
Hay que tener presente que la primera impresión suele ser definitiva, de manera que la decoración también puede significar cerrar o no la venta. No se trata de cambiar por completo el mobiliario, pero sí de ‘despersonalizar’ la propiedad, es decir, hacerla todo lo aséptica que podamos. Por ejemplo, eliminando fotos, retirando adornos de gustos particulares o guardando ese sillón que te encanta aunque el tapizado esté roto.
Un último consejo: ponte en la piel de un buen comercial cuando lleguen posibles compradores a tu casa. La simpatía suele tener un gran poder de convicción.