A continuación, encontrarás los ingredientes y los pasos a seguir de una receta urbana que puede funcionar como entrada, plato fuerte o postre, en función de los gustos de los visitantes. Una receta de esas para recomendar a otros comensales, porque sabes que es casi seguro que vas a quedar bien, sea día de celebración o no.
El nombre del plato se llama Hong Kong y, si no te saltas ningún paso, descubrirás que el resultado es una ciudad que, antes o después, todo el mundo quiere probar… y repetir.
Ingredientes:
- 30.000 años de tradición y costumbres.
- 17 años de independencia.
- Un puñado de tecnología punta.
- Mercados callejeros de ayer a granel.
- Centros comerciales de hoy recién construidos.
- Un buen manojo de edificios altos.
- Barrios de toda la vida.
- Matrimonio de calles estrechas y amplias avenidas.
- Una pizca de restaurantes de lujo.
- Food corners al gusto.
Para el adorno y el emplatado:
- Una bahía navegable con espectáculo de luces nocturno.
- Una colina que haga las veces de mirador.
- Personas en abundancia. No escatimar. Mejor si son de todos los rincones del planeta para darle más color.
Preparación:
- Se cogen los 30.000 años de costumbres y se dejan transcurrir lentamente. Se añaden los 17 años de independencia y se le añade entero el manojo de tecnología punta (la puedes encontrar en formato copia, original, importada o incluso patentada allí mismo).
- Por otro lado, se colocan los mercados callejeros: el de las flores, de las mujeres, de las gangas, de la decoración, del diseño, de antigüedades y hasta de los peces de colores. Elige la cantidad que quieras de cada uno de ellos en función de tus gustos.
- Con el fin de potenciar los sabores y disfrutar al máximo, añade un buen puñado de foods corners para darle algo de color a tanto cemento y un toque de glamour con alguno de los mejores restaurantes del mundo.
- Escoge varios templos milenarios, alguna que otra avenida, rascacielos y todas las estrechas y misteriosas callejuelas que encuentres. Utiliza la bahía y el Monte Victoria para adornarlo todo. Dejar reposar, hacer alguna que otra compra y todas las fotos posibles.
- Antes de recorrer la ciudad, es necesario advertir que suele haber una gran cantidad de personas por todas partes que provienen de cualquier lugar del mundo. Esto le da a Hong Kong un toque extra de exotismo convirtiéndola en una ciudad de lo más internacional. Si no eres alérgico a las muchedumbres, Hong Kong es tu ciudad. Aunque se puede devorar la ciudad en autobús o en barco, si se tiene tiempo suficiente, se recomienda hacerlo a pie.
Nota: hay quien dice que lo único de interesante que tiene Hong Kong son sus centros comerciales. Y hay quien dice que es una ciudad en la que puedes hacer realidad todo lo que quieras imaginar. En cualquier caso y, aunque el uso de una buena tarjeta Visa nunca está de más, Hong Kong es un lugar al alcance de casi todos los bolsillos. Sólo hay que saber buscar y moverse bien para ello.