Calles asfaltadas de blanco, palacios con unas dimensiones que recuerdan a los que se conservan en la Ciudad Prohibida de Pekín, fortalezas medievales, pagodas, torres monumentales, incluso un rascacielos similar al Empire State… Todo esculpido en hielo.
El impresionante skyline de esta ciudad invernal se perfila en uno de los lugares más fríos del planeta, Harbin, la urbe china cercana a la frontera con la Siberia rusa donde desde 1963 se celebra el Festival de Hielo y Nieve, la manera de llenar de vida, turistas y arte una región que durante estos meses soporta temperaturas de hasta -40 oC.
Este año el ayuntamiento de Harbin ha querido batir todos los records: 10.000 obreros han trabajado durante un mes en esta obra faraónica para la que se han utilizado 300.000 metros cúbicos de hielo extraídos del cercano río Songhua. Las construcciones se extienden en varios parques temáticos que ocupan casi 2.000.000 de m2.
Se ha fabricado maquinaria pesada específica para dar a los grandes bloques helados la forma necesaria, según el diseño de cada edificio. Sin embargo, en muchos casos ha sido preciso tallarlos a mano a temperaturas que hacen muy difíciles las tareas. Para unir los bloques se ha empleado agua líquida, que penetra en los resquicios y que se solidifica en segundos, dando consistencia a la estructura.
Espectáculo de luz y color
Ladrillos de color, elaborados con agua y colorantes, sirven para delimitar zonas de paso, crear arcadas y aportar contraste en algunas construcciones. Aunque es sobre todo de noche cuando la ciudad deslumbra con tonalidades sorprendentes gracias a los cientos de kilómetros de tiras lumínicas LED que se han colocado entre los témpanos.
Se espera que este año visiten la ciudad helada unos dos millones de personas, que pueden dejar unos ingresos de 150 millones de euros solo con las entradas a los parques. En ellos se ofrecen actividades añadidas, como atravesar sus calles heladas en trineos tirados por perros o patinando, y subir a algunas de las construcciones más altas para descender por toboganes de vértigo.
Durante el día también puede pasearse por el Parque de la Isla del Sol, en el que se exponen esculturas de nieve colosales en las que han trabajado 200 equipos artísticos procedentes de toda China. Parten de modelos de escayola que luego reproducen con miles de toneladas de nieve que van perfilando con cinceles y palas.
Este espectáculo único permanecerá abierto hasta principios de marzo, cuando la primavera demuestre lo efímero de una ciudad helada que de nuevo comenzará a levantarse el próximo diciembre.