La inscripción de nuestra vivienda en el Registro de la Propiedad no es un trámite obligatorio. Ahora bien, realizarlo trae consigo importantes ventajas al propietario del inmueble de cara al futuro.
- La inscripción en el Registro de la Propiedad otorga una seguridad jurídica al propietario de la vivienda ya que este registro es el único título de propiedad válido frente a terceros. Este documento lo que hace es vincular al inmueble con su dueño y garantiza a este como único. Esto evita, por ejemplo, que los acreedores del vendedor no puedan reclamar (embargar) el inmueble al comprador, si el anterior dueño tuviera alguna deuda
- El que nuestra casa no esté registrada no impide la trasmisión de la propiedad, pero sí complica la operación. El problema vendrá en el momento en el que queramos acreditar la verdadera propiedad de la misma por parte del propietario. Tenerla inscrita en el Registro por tanto, simplificaría el proceso en una posible transmisión de bien inmueble.
- Una vez registrado, nadie podrá adquirir ningún derecho sobre la vivienda sin obtener previamente su consentimiento.
- A la hora de pedir una hipoteca, es imprescindible dicho registro. El Banco requerirá el registro para inscribir la hipoteca que garantiza la devolución del dinero.
El Registro nos da información acerca de las cargas: deudas, embargos, hipotecas, etc que recaigan sobre la propiedad. Con esto el propietario podrá defenderse ante cargas ocultas que puedan afectar a la vivienda.
Para formalizar el Registro de la Propiedad son necesarios varios documentos, concretamente tres:
- Copia autorizada de la escritura pública de venta.
- El Impreso de Autoliquidación.
- Último recibo del IBI
Una vez presentados los documentos, personalmente o a través de gestoría, la inscripción habrá de ser practicada dentro de los 15 días hábiles siguientes. El documento será comprobado por los registradores para comprobar que todos los requisitos que establece la ley tengan plena eficacia.