El proyecto español que lleva luz al Amazonas

Equipo de Redaccion

6,7 millones de km2. 13 veces la extensión de España. Cientos de comunidades viven en esa inmensa superficie de vegetación densa, muchas de ellas solo comunicadas por caminos con frecuencia impracticables o a las que se llega tras una larga navegación por ríos.

Construir una red de suministro eléctrico en la región supondría un coste inasumible y, además, la intervención podría afectar gravemente a un ecosistema protegido. Por tanto, esas localidades solo pueden obtener energía de generadores alimentados con combustibles fósiles y muy contaminantes. La alternativa son las linternas de baterías desechables, las lámparas de queroseno o las velas.

La Fundación Acciona Microenergía ha puesto en marcha un proyecto de autoabastecimiento para la región basado en las energías renovables. Los avances técnicos han permitido desarrollar pequeños paneles fotovoltaicos, de fácil instalación y mantenimiento, preparados para resistir la climatología extrema de la zona e, incluso, la acción de los insectos.

“El objetivo es doble. Lo principal es mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región y, a la vez, generar un impacto medioambiental positivo, desplazando la quema de combustibles y las emisiones que conllevan”, explica José Gabriel Martín, director de la fundación.

Luz solar: 50% de ahorro

Ya hay 325 vecinos de cuatro poblaciones peruanas ubicadas en la cuenca del río Napo (afluente del Amazonas) que se están beneficiando de los paneles solares. Todos ellos han realizado una pequeña aportación económica para que la inversión sea sostenible, que supone la mitad de lo que hasta ahora gastaban en sus precarios sistemas de iluminación. Además se han comprometido a mantener en buen estado los equipos.

Cada panel produce energía para abastecer tres lámparas y cargadores de 12 voltios para móviles, linternas recargables o radios. «Notan una gran mejora en la educación de los niños, porque con mejor luz durante más horas pueden estudiar mejor –continúa José Gabriel Martín–. Con los mayores ocurre igual. Ahora tienen más horas para hacer sus tareas cotidianas y actividades productivas”.

A estas ventajas hay que sumar los beneficios para la salud. Una mejor iluminación nocturna permite realizar un menor esfuerzo ocular y, por tanto, ayuda a conservar una buena visión. Al mismo tiempo, al eliminar los anticuados grupos electrógenos, se evita la inhalación de gases nocivos.

La intervención ha tenido tanto éxito que la fundación ya tiene planeado ampliar el proyecto a otros 350 hogares de la cuenca del Napo. Para ello cuenta con la colaboración del Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid, la Fundación Ingenieros del ICAI para el Desarrollo y el Instituto de Investigación Tecnológica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI de la Universidad Pontificia Comillas.

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