Poner una vivienda en alquiler es un proceso sencillo. Los trámites administrativos que exige se resuelven en poco tiempo, aunque hay que ser estrictos en su cumplimiento para evitar complicaciones legales. Estos son los documentos necesarios:
Escritura o acreditación de propiedad
Quien esté interesado en alquilar una vivienda lo primero que va a comprobar es la titularidad de la propiedad, es decir, si quien va a firmar el contrato tiene derecho a hacerlo. Por eso, el dueño de la casa deberá aportar su DNI y la escritura del inmueble, o bien una nota simple del Registro de la Propiedad que lo acredite.
Certificado energético
La legislación obliga al propietario a incluir ya en el anuncio la etiqueta de eficiencia energética de la vivienda, que es un dato que viene incorporado en el certificado energético. Este documento es un justificante requerido por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en todas las operaciones de venta o alquiler de larga duración de una propiedad. El certificado debe ser realizado por un técnico autorizado y tiene una validez de 10 años. Habrá que entregar una copia del mismo al futuro inquilino.
Licencia de primera ocupación
Algunas comunidades autónomas exigen este documento en las viviendas nuevas que se alquilan. Con él se demuestra que la administración local ha comprobado que la propiedad cumple con todas las exigencias legales de construcción y habitabilidad.
Depósito de la fianza
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos, la fianza que se solicite al inquilino debe equivaler a una mensualidad de la renta. Toda cantidad que exceda de ese monto no se considera fianza, sino una ‘garantía adicional’. La ley obliga a depositar la fianza (un mes) en el organismo autonómico que gestione esas operaciones (por ejemplo, en Madrid es el IVIMA). De esa forma, la hacienda pública podrá tener constancia del alquiler.
Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y facturas de suministros
No hay obligación de presentar esta documentación, pero es una buena manera de generar confianza en el inquilino al demostrar que no existen pagos pendientes que puedan repercutir en él.
Contrato
Es el documento esencial. Conviene la asesoría de un experto para comprobar que se contemplan todas las condiciones y obligaciones legales. Estas son las fundamentales:
- Mensualidad, forma de pago y plazo del arrendamiento.
- Condiciones de una posible prórroga.
- Periodo mínimo de validez del contrato, con una indemnización por incumplimiento.
- Actualización anual de la renta.
- Causas de resolución del contrato (retraso en los pagos, daños en la propiedad, etc.).
- Condiciones del mantenimiento de la vivienda y de posibles actuaciones en la misma (reparaciones, obras…).
- Importe de la fianza y de la garantía adicional, si la hubiera.
- Inventario del mobiliario y de su estado, si lo hay.
- Identificación del responsable del pago de los suministros, derramas u otros gastos de la vivienda.