Siete de cada diez pisos y casas compradas de segunda mano pasan más pronto que tarde por una remodelación. Los españoles emplearán una media de 50.000 euros en su reforma, estimación realizada sobre una vivienda de 90 metros cuadrados. Sin duda se trata de una inversión con un importante retorno, ya que se calcula que tras esta actuación la vivienda puede valer hasta un 20% más.
829 euros al año en mantenimiento
Pero las viviendas también requieren de un mantenimiento constante. A este fin se destinaron 829 euros en 2016 de media por cada hogar español. Una cifra que se ha ido incrementando en los últimos años, en concreto en un 18,2% desde 2013 cuando el gasto ascendía a 701 euros. Puertas, tarimas, sanitarios griferías, muebles y accesorios para baño y cocina, o electrodomésticos son los equipamientos y materiales en los que más invierten las familias para mantener actualizadas y en buenas condiciones de uso sus viviendas.
Pese al aumento de la cantidad destinada a estas mejoras, las cifras aún quedan lejos de los años de precrisis, hay que tener en cuenta que en el periodo 2006-2015 el presupuesto en reforma experimentó un descenso del 35%. Dichos datos los encontramos en el informe Observatorio 360º de la vivienda y la reforma en el hogar, publicado por la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac), institución que estima que en 2017 este gasto sí experimentará una significativa subida del 3,7% como respuesta a una mejor coyuntura económica.
Castellanos los que más, vascos los que menos
El estudio de Andimac afirma que son los castellanoleoneses los que invierten de media más en el mantenimiento anual de sus viviendas, en concreto 1.049 euros (frente a los 829 de media en España). Les siguen los residentes en Baleares (1.004 euros), Valencia (975 euros) y Extremadura (962). En el punto opuesto la estadística ubica a vascos (627 euros), canarios (659 euros) y navarros (725).
Menos inversión en el hogar que a mantener el coche
Con todo, la inversión para el mantenimiento del hogar es considerada como baja por los técnicos de Andimac: «Nuestra cultura ha hecho que la reforma no se encuentre entre nuestras prioridades a pesar de que el 80% de las viviendas en nuestro país se tienen en propiedad», afirman desde la asociación. Y para apuntalar la afirmación se ofrece un curioso dato: mientras que un 5% del presupuesto familiar se destina al mantenimiento del vehículo, tan solo un 3% a la vivienda.
Sin embargo, sus estimaciones son optimistas, ya que «existen una serie de causas estructurales y socioeconómicas» que pueden cambiar esta coyuntura en los próximos años. Entre ellas destaca el envejecimiento del parque de viviendas, se estima que en España la mitad de ellas tienen más de 40 años, lo que lleva a calcular que cerca de un millón se reforma cada año.
Una mayor esperanza de vida también obliga a la actualización de la vivienda. Se debe ajustar a las características de sus moradores, lo que sobre todo incide en la reforma del baño o su adaptación para personas con movilidad reducida.
El auge de la vivienda en alquiler también se valora como un factor dinamizador de la reforma, que exige de un nuevo acondicionamiento con cada contrato. El 15,6% de las viviendas se ofrecen en régimen de alquiler, según datos del Banco de España el índice más elevado desde la década de los años 80. La movilidad laboral y la demanda de esta modalidad de alojamiento por los jóvenes potencian el crecimiento de este mercado, que ofrece una rentabilidad a sus propietarios del 5%. Y en este rápido repaso no se puede pasar por alto el boom del alquiler turístico.
Cuatro de cada diez optan por el DIY
Como vía de ahorro para mejorar su casa, el 40% de los españoles recurre al hazlo tú mismo (DIY en sus siglas en inglés). Un dato en esta ocasión de la European Federation of DIY Manufactures.
Desde Andimac se advierte sobre esta práctica, que no siempre termina por ofrecer el pretendido ahorro: «Puede tener sentido a la hora de hacer pequeños arreglos, como renovar la pintura de una pared o cambiar una lámpara, pero se vuelve en contra cuando trata de afrontar mejoras de mayor envergadura, como puede ser el cambio de suelos o la reforma del baño».
Los llamados costes ocultos, aquellos que no se contemplan cuando se valoran los trabajos a realizar, son la causa más común en este desencuentro entre el objetivo y el resultado. «Y el principal coste oculto, es el tiempo dedicado a esta labor», se explica.
Según sus cálculos solo tres de cada diez ‘manitas’ se embarcan en la aventura por diversión, los siete restantes se enrolan en busca de ahorro. Pero la reforma suele prolongarse durante más días de los inicialmente estimados, robando tiempo al ocio y la familia, lo que puede convertirse en un problema. Las visitas realizadas para la selección de materiales, la compra y el transporte, la vuelta a la tienda para comprar herramientas u otros materiales no previstos (lijadoras, barnices, brochas, etc..) y el propio tiempo de ejecución del trabajo suelen no ser bien medidos en los cálculos iniciales. Inconveniente al que se suma la calidad de los resultados con un balance final decepcionante. Una consideración, sin duda, a tener presente a la hora de planificar la próxima reforma.