La mudanza de una vivienda familiar es una de las situaciones más estresantes por las que una persona pasa a lo largo de su vida, por eso es imprescindible mentalizarse de que la crisis acecha y que solo una buena planificación y mucha paciencia la mantendrán a raya. Asumido que no va a ser fácil, hay que poner en marcha todas las cautelas para abordarla con seguridad y comodidad.
La contratación del servicio
Lo primero que hay que tener en cuenta es el tipo de mudanza a la que nos enfrentamos. No es lo mismo cambiarse de piso en una misma ciudad que desplazarse a las afueras, cambiar de ciudad o incluso de país. En estas dos últimas posibilidades, la recomendación es contratar una empresa especializada. En la web de la Federación Española de Mudanzas (FEDEM) tienen un práctico buscador que le permite localizar según la ubicación.
Cuando se aborda una mudanza a una zona cercana, siempre existe la posibilidad de cargar a familiares y amigos en el hito, una decisión no debe tomarse a la ligera: ¿estamos todos dispuestos a sumar obligaciones en el poco tiempo libre que nos queda? ¿Hemos considerado que será una tarea estresante? Hay que valorar las ventajas y desventajas con detenimiento, preferiblemente manejando varios presupuestos de empresa de mudanzas.
Si decides recurrir a este servicio debes saber que no todas las empresas ofrecen los mismos servicios y garantías. Se trata de un sector con mucho intrusismo, por lo que es importante saber si vas a contratar a una empresa profesional, con todos los servicios y seguridad que la acompañan, o a un simple transportista autónomo cuyo servicio es el braceo de cajas.
¿De verdad necesita todo en su nueva casa?
La mudanza ofrece una inmejorable oportunidad para desprenderse de esas cosas que nunca se utilizan. Empieza por lo más grande, analiza dónde vas a ubicar cada uno de los muebles actuales en la nueva vivienda teniendo en cuenta sus dimensiones, por ejemplo, es importante medir los electrodomésticos para comprobar que encajen en la nueva cocina. Es mejor desprenderte de lo que no quieras conservar antes de hacer la mudanza.
Además, puedes seleccionar todos esos objetos y enseres a los que no das ningún uso y valorar un nuevo destino. Actualmente existen muchos canales de venta de segunda mano, a lo mejor es el momento de poner a prueba las aplicaciones móviles de venta entre particulares o emular a los americanos y organizar un rastrillo entre familiares y amigos.
Llega el momento de embalar
Si has contratado los servicios de una empresa, puede que la tarifa incluya el embalaje de los enseres por sus operarios. Si es una tarea que prefieres asumir personalmente, no dejes de prestar atención a las siguientes recomendaciones:
- Utiliza preferiblemente cajas de mudanza. La empresa podrá facilitarlas, pero también se pueden comprar en tiendas especializadas. Utilizar cajas homologadas servirá para apilarlas mucho mejor en el vehículo de mudanza y además tienen la dimensión adecuada para cada uso.
- Unas semanas antes de la mudanza comienza a empaquetar todo, empezando por las cosas que no tienes previsto usar (libros, ropa de otra temporada, juguetes, etc..) y según se vaya acercando la fecha de la mudanza el resto de las cosas.
- Para el traslado de la ropa existen cajas armario donde las prendas pueden viajar colgadas en sus perchas, es probable que la empresa contratada pueda ponerlas a tu disposición unos días antes del traslado.
- Empaca siempre juntas las cosas que tienen varias piezas: equipos informáticos con sus cables, pequeños electrodomésticos (el aspirador con sus complementos…) o utensilios de cocinas.
- Marca cada caja con el destino que tendrán en la nueva vivienda (cocina, despensa, salón, dormitorio 1, dormitorio 2…) y de modo genérico su contenido.
- Haz un listado con todos los bultos que se van a trasladar, así podrás recepcionarlos el día de la mudanza. Una medida laboriosa, pero eficaz para evitar disgustos.
- Decide de qué objetos de valor prefieres hacerte cargo personalmente, por ejemplo: joyas, equipos fotográficos, antigüedades, instrumentos musicales y documentación importante.
No se olvide de las plantas
Por mucho cariño que les tengamos, la problemática para el traslado de las plantas es algo que suele pasar inadvertido. Conviene saber que los seguros que se contratan no suelen incluir desperfectos que puedan causar en nuestras plantas, por lo que siempre es conveniente tener una atención especial con ellas:
- Comprueba el estado de los tiestos, si están agrietados podrían romperse en el desplazamiento. En ese caso es mejor trasplantarlas a uno plástico, ya que son más resistentes y de menor peso.
- Poda todas las plantas que lo permitan, esta medida facilitará su transporte e impedirá que sufran.
- No las riegues en exceso, en invierno puede facilitar su congelación y en verano la generación de hongos.
Y si algo falla
El seguro contratado con la empresa de mudanza debe cubrir cualquier desperfecto o rotura de los objetos durante el trasladado o su manipulado. Pero, conviene saber que si no has quedado satisfecho con el servicio, puedes tramitar una queja a través de las Juntas Arbitrales de Transporte. Según explica la FEDEM, «median de forma gratuita entre cliente y empresa, emitiendo un laudo que es de obligado cumplimiento y que sustituye a una decisión judicial». Una medida rápida y económica para hacer valer los derechos del consumidor, sin embargo, antes de contratar los servicios de la empresa debes confirmar que se someten al arbitraje de este organismo, lo que debe figurar en el contrato. Sin duda otro punto a tener en cuenta a la hora de contratar los servicios.
Queda claro que la planificación es básica para enfrentarse a la estresante tarea de la mudanza con garantía de éxito. Con un poco de organización todo será más fácil.