Cómo poner en marcha una casa de turismo rural

Equipo de Redaccion

Hasta el pasado verano, la ocupación en alojamientos de turismo rural aumentó un 3,2% respecto a 2012, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. La expectativa del sector es que el crecimiento se mantenga, más aún cuando el Gobierno ha vinculado su desarrollo con el Plan Nacional e Integral de Turismo 2012-2015. Su objetivo es mejorar la oferta, por ejemplo, con programas de formación a los profesionales y ayudas a través de las comunidades autónomas.

Dicho de otra forma, el campo puede resultar buen negocio para quienes sepan invertir en un alojamiento atractivo. ¿Estás pensando en ser uno de ellos? Te queremos ayudar explicándote cómo poner en marcha una casa rural.

Primer paso: plan de negocio

¿Es una zona de interés turístico? ¿Tiene fácil acceso? ¿Se servirán comidas? ¿Qué actividades extras quieres ofrecer? En definitiva, hay que reflexionar muy bien sobre las posibilidades de rentabilizar una inversión que, por lo general, será alta. Empezando, obviamente, por la propiedad, con dos opciones:

  • Comprar un negocio ya establecido (el inmueble y el traspaso).
  • Rehabilitar una casa y acondicionarla con las exigencias requeridas para convertirla en un alojamiento.

En este último caso, cada comunidad autónoma fija sus propios requerimientos y también las condiciones para recibir ayudas públicas (clasificación, características técnicas y estéticas, número de plazas, obligaciones,  seguridad…). Por lo tanto, será imprescindible ponerse en contacto con la respectiva Consejería de Turismo.

Aunque las diferencias entre unas comunidades y otras pueden ser notables, los expertos de la web AZRural han resumido, de forma orientativa, los requisitos más habituales de las administraciones:

  • Que la propiedad muestre una arquitectura tradicional y una antigüedad mínima.
  • Si la casa es para alquiler completo, debe tener una capacidad máxima de 12 a 15 plazas y, en muchas comunidades, mínima de 4 plazas.
  • Disponer de agua potable corriente y electricidad, así como calefacción en todas las estancias.
  • Superficie mínima de unos 12 m2 para habitaciones dobles y entre 6 y 9 para sencillas.
  • Se fijan límites de camas supletorias según superficie y una altura mínima de techos (incluidas buhardillas).
  • Al menos un cuarto de baño completo con agua caliente y fría por cada 4/6 plazas.
  • Ventilación directa al exterior en las habitaciones.
  • Certificación de la adecuada eliminación de aguas residuales y recogida de basuras.
  • Existencia de teléfono, extintor y botiquín.
  • Mobiliario suficiente y en buen estado de uso.
  • Se suele exigir servicio de desayuno y limpieza.
  • Libro de registro de entradas y salidas de huéspedes, y entrega de justificante de pago a los mismos.
  • En determinadas comunidades se exige que el propietario esté empadronado en el municipio donde se encuentra el alojamiento.

El papeleo

Para comenzar la obra de tu casa necesitarás un permiso del ayuntamiento. Si la obra es menor, bastará con presentar un proyecto básico; si es una reforma profunda, precisarás de un proyecto visado por el Colegio de Arquitectos.

Al solicitar la licencia de apertura, el ayuntamiento deberá enviar una inspección para comprobar que todo cumple con la normativa. En paralelo, habrá que tramitar el alta fiscal en Hacienda, que a su vez realizará su propia inspección para otorgar la catalogación de ‘Alojamiento Rural’. El propietario o propietarios deberán estar dados de alta como autónomos en la Seguridad Social o haber constituido una sociedad.

Los consejos de quien ya lo ha hecho

Noelia pasó por todo ese proceso cuando hace siete años puso en marcha La Casita del Molinero, un alojamiento en el pueblo de Jabalera (Cuenca). Su experiencia la resume en estos cinco consejos para otros emprendedores como ella:

  1. Planifica todo y haz un lista de contactos: asociaciones del sector; oficinas de Información y Turismo; propietarios de casas rurales de la zona y de actividades que más tarde puedas ofertar en tu negocio (restaurantes, museos, multiaventura…); contactos en la Delegación de Turismo y la Cámara de Comercio de tu zona; referencias de arquitectos, aparejadores, albañiles, electricistas, carpinteros…
  2. Prepara una web competitiva, innovadora y que atraiga a los clientes. Y haz un presupuesto para publicidad.
  3. La mejor manera de no equivocarte es ponerte en lugar del cliente. Piensa qué es lo que buscarías tú e intenta dárselo.
  4. Te recomiendo tener previstas actividades que puedan complementar el alojamiento (gratuitas o no, eso depende de ti). Incluso, puedes contar con otras empresas e incluir la reserva con estos servicios.
  5. Debes pensar que el proyecto sufrirá cambios a lo largo del tiempo y deberá poder modificarse para responder a lo que demande el mercado.

Quizás el consejo más importante, “el proyecto debe dar una imagen de ti, de tu personalidad. Este sector es muy distinto al de los hoteles. Es algo más personal, más íntimo. Los clientes deben sentirse a gusto en un ambiente cálido desde que abren la puerta hasta que la cierran al marcharse”, afirma Noelia.

Ya tienes la receta, ¿te animas a ponerlo en marcha?

 

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