La participación ciudadana cada vez es mayor y las asociaciones vecinales son uno de los principales lugares que dan cabida a ello.
Por qué una asociación vecinal
El movimiento vecinal ganó presencia y peso con el avance de la democracia, cuando muchos ciudadanos se organizaron en estas asociaciones para tratar de impulsar el cambio desde una perspectiva muy local de análisis de las necesidades más cercanas e inmediatas.
Pero ¿cuál es su misión? Según la propia definición, se trata de “un grupo de personas que, vinculadas a un territorio concreto (un barrio, un distrito, un pueblo), se unen para mejorar las condiciones de vida de la comunidad, afrontando sus problemas y velar por sus intereses”.
Es así como la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV) hoy agrupa a gran parte de este movimiento en España, a través de sus 13 confederaciones autonómicas, 125 federaciones locales o provinciales y más de 3.500 asociaciones vecinales. Un número sin duda importante pero que aún tiene un gran potencial de crecimiento, ya que son muchos los barrios y localidades que a día de hoy no cuentan con este dinamizador social.
Cómo impulsar una asociación vecinal
Explicamos cómo fundar una asociación vecinal, tomando de guía las indicaciones de la Federación Regional de Madrid de Asociaciones Vecinales (FRAVM).
- Una base social fuerte. “Más allá de los aspectos legales, lo realmente importante para poner en marcha una asociación vecinal es constituir un grupo humano estable y duradero en el tiempo”, se explica: “Debe estar dispuesto a trabajar de manera voluntaria en beneficio del barrio o del municipio. Cuantas más personas se involucren, más fuerte y representativa será la asociación”.
- Sumar fuerzas. Con ese objetivo de alcanzar una base social fuerte, los impulsores deben fomentar la participación de los vecinos. Para lograrlo se aconseja usar espacios colectivos de reunión (tanto físicos como virtuales), convocar asambleas, foros digitales, grupos de mensajería instantánea, fiestas y festivales, exposiciones, etc. Todas ellas, iniciativas llamadas a fortalecer el sentimiento de comunidad y el vínculo entre las personas.
- Estructura legal. Cuando el grupo eche a andar, llega el momento de dotarlo de una estructura legal. Ésta es necesaria para facultarlo como interlocutor cualificado frente a las Administraciones Públicas, y todo tipo de organizaciones públicas y privadas. Además, esta estructura debe servirle para la captación de recursos públicos, no solo económicos, sino también de carácter variado como pueden ser el acceso a espacios e infraestructuras.
Los pasos a dar para la fundación formal de la AAVV son:
- Redacción del acta fundacional
Entre otros requisitos incluye: nombres de los promotores, nacionalidad y domicilio (mínimo de tres personas); la expresión de la voluntad de constituir la asociación y de la denominación de la misma; la designación de los integrantes en los órganos provisionales de gobierno (al menos, presidente, secretario, tesorero y vocales); siempre en copia original con la fecha y la firma de los promotores.
- Redacción y aprobación de estatutos
Para esto se recomienda seguir los puntos señalados en el artículo 7 de la Ley Orgánica 1/2002 reguladora del derecho de asociación. Esta redacción puede incluir todas las disposiciones que sus promotores consideren oportunas, siempre que no sean contrarias al ordenamiento jurídico.
- Inscripción de la AAVV en el registro correspondiente
Se trata de un trámite que, en general, es competencia de cada comunidad autónoma.
En el caso de la de Madrid se exigen los siguientes documentos según la web de la FRAVM: solicitud firmada por el representante legal de la asociación, ejemplar del acta fundacional (con firmas originales de todos los fundadores en todas sus páginas); ejemplar de los estatutos (con las correspondientes firmas de los miembros de los órganos de gobierno o representación); justificante del pago de la tasa de solicitud de inscripción.
Estos pasos son suficientes para dotar de personalidad jurídica a una AAVV, aunque en la mayoría de los casos se cumple con el trámite de inscripción de la asociación en el registro del ayuntamiento correspondiente. Por último, también conviene solicitar la “declaración de utilidad pública municipal”, en caso de querer solicitar futuras subvenciones.