Claves para mantener tu hogar a prueba de alergias

Equipo de Redaccion

Polvo, ácaros, moho y polen son algunos de los principales alérgenos. Aunque su presencia pase inadvertida a la vista, pueden desencadenar instantáneamente estornudos, toses, congestión nasal o dificultad para respirar en la persona hipersensible. El hogar, llamado a ser un lugar seguro, puede convertirse en la fuente del problema si no se toman las medidas adecuadas para asegurar que el aire que se respira en el interior es de suficiente calidad. Por fortuna, acciones sencillas como extremar la higiene y evitar la presencia de algunos materiales consiguen mejorar la calidad de vida del alérgico en este sentido.

Los avances tecnológicos también se ocupan de hacerlo cada vez un poco más fácil. Por ejemplo, el gigante Ikea acaba de anunciar sus planes para poner a la venta el año que viene unas cortinas capaces de filtrar agentes contaminantes en el aire del hogar. ¿Cómo lo consiguen? Gracias al un catalizador fotosensible de base mineral que se activa con la luz y es capaz de descomponer los agentes contaminantes más comunes.

Otros avances ya disponibles automatizan o facilitan la tarea de mantener la casa libre de alérgenos. Desde purificadores de aire capaces de encenderse automáticamente ante una alerta de alto nivel de polen a aspiradores con sistemas de vaciado o cambio de filtros que evitan todo contacto con el polvo facilitan la tarea de mantener el hogar libre de alérgenos. De la misma manera, ante el aumento de las reaccione alérgicas el mercado ofrece, cada vez más, productos y materiales diseñados para evitar su propagación.

Cuidados básicos para respirar mejor en casa

Ante la aparición de una alergia, se hace imprescindible realizar algunas modificaciones en los elementos del hogar así como en las rutinas diarias. Éstas son algunas recomendaciones básicas a tener en cuenta:

Habitaciones

Colchones y almohadas son el lugar idóneo para la reproducción de ácaros. Por ello, lo ideal es contar con colchones y almohadas hipoalergénicas o, al menos, cubriros con fundas que lo sean. Lavar la ropa de cama con regularidad (al menos una vez por semana) a alta temperatura (60 grados) y evitar materiales como la lana o las plumas en beneficio del algodón o tejidos sintéticos también ayudará a que los ácaros no encuentren en el dormitorio un cómodo lugar donde propagarse.

Cocina y baño

En el primer caso, evitar cualquier acumulación de alimentos en mal estado (lo que incluye mantener el fregadero vacío y retirar la basura diariamente), controlar la humedad para evitar la formación de moho y contar con una campana extractora potente son los tres elementos que conforman el punto de partida.

Por su parte, el baño es otro de los puntos calientes para el desarrollo de humedades: para evitarlas, es importante contar con un sistema de ventilación eficiente y remplazar con asiduidad los elementos textiles como la cortina de ducha o la alfombrilla.

Salón y sala de estar

Se debe evitar la presencia de textiles en la medida de lo posible (alfombras, tapizados) y elegir materias primas para el mobiliario de fácil limpieza como madera, plástico o metal. Saturar el hogar de adornos no es una buena idea, así como acumular libros o revistas usadas.  De no poder evitarlo, una buena opción pasa por utilizar vitrinas para guardar estos objetos.

Humedad y temperatura

Como ya se ha señalado, altos niveles de humedad propician la proliferación de hongos. En este sentido, para facilitar la respiración sin que los hongos se acomoden y reproduzcan, es recomendable mantener una humedad relativa en el ambiente de entre 50 y 60%. El uso de humidificadores o deshumidificadores conseguirán este objetivo, según las necesidades. Así mismo, es importante mantener la temperatura del hogar por debajo de los 22 grados.

Suelos y ventanas

Invertir en un aspirador con sistema HEPA (con un sistema de recogida de partículas de alta eficiencia) y utilizarlo con frecuencia sobre todas las superficies será más que recomendable. De la misma manera, se recomienda no mantener las ventanas abiertas más tiempo que el estrictamente necesario (sin dejar, eso sí, de ventilar a diario). Si se produce condensación sobre el cristal, se debe retirar cuanto antes para impedir, una vez más, la formación de moho.

Todas estas recomendaciones ayudarán a mantener a raya a los alérgenos y mejorar la calidad del aire consiguiendo así que el hogar sea un refugio a prueba de alergias.

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