Una de las mejores formas de conocer y comprender las raíces de cualquier cultura es participar de sus fiestas, ceremonias, rituales y tradiciones. Las distintas maneras de celebrar nos hablan de un mundo tremendamente diverso, pero cuyos habitantes tienen algo en común: nos gusta juntarnos y divertirnos. La fama de muchas de estas tradiciones, tanto las de tipo religioso como las de origen pagano, ha traspasado fronteras. Éstas son algunas de las grandes fiestas de las que bien merece la pena formar parte, al menos una vez en la vida.
– La Semana Santa española: Aunque se celebra en muchos otros lugares del globo, la celebración de la pasión y muerte de Jesucristo cuenta con siglos de arraigo en España. En cada pueblo y ciudad a lo largo y ancho del país, desfilan en procesión imágenes religiosas de extraordinario valor que representan los diferentes episodios, desde la entrada triunfal en Jerusalén hasta la resurrección. La Semana Santa española cuenta con el atractivo extra de que es inagotable, ya que cada región la celebra de una forma distinta: desde el recogimiento y la austeridad de la procesión del Silencio de Zamora, hasta las fervorosas multitudes que piropean a la Macarena a su paso por Sevilla. Hay mil maneras de entender y vivir la tradición.
– Día de los muertos, en México: Hace más de 3.000 años que México empezó a honrar a sus muertos y con la llegada de los españoles, las tradiciones indígenas se entremezclaron con las católicas. Como resultado, el 1 y 2 de noviembre, México se moviliza para recibir a las almas que regresan temporalmente desde el otro mundo. Lo hacen con velas (para alumbrar su camino), flores, sabrosos platos, dulces, canciones y, sobre todo, unas buenas dosis de esa alegría única con la que el país ha aprendido a relacionarse con la muerte.
– El cumpleaños de Buda, en Tailandia: Fue un día de Vesak (la luna llena del mes de mayo) de años diferentes cuando sucedieron tres acontecimientos fundamentales en la vida de Buda: nació, recibió la iluminación y murió, alcanzando el nirvana. La fecha marca la celebración más grande del budismo y la jornada estrella en Tailandia, donde más de un 90% de la población profesa esta religión. La noche de Visakha Bucha (así se denomina a esta fiesta), multitudinarias procesiones de personas marchan durante kilómetros en dirección a los principales templos: cualquier persona, independientemente de sus creencias, está invitado a unirse. Al llegar, la tradición indica que hay que dar tres vueltas rodeando el templo en el sentido de las agujas del reloj.
– Diwali, el festival de la luz en India: Durante 5 días, entre octubre y noviembre, India celebra con luces la victoria del bien –la luz– sobre el mal –las tinieblas–. Es un festival alegre y luminoso en la que el hinduismo homenajea a algunos de sus dioses (Shri Lkshimi, Kali, Gandesha) sin impedir que otras religiones se unan a la fiesta: cada una la interpreta a su manera. Son días para estrenar ropa, limpiar el hogar, comer buenos platos, hacerse regalos y, por supuesto, compartir y multiplicar las llamas de luz.
– Solsticio de verano en Stonehedge: Muchas de las celebraciones paganas van unidas a los cambios de estación o a los solsticios. Este es el caso de la celebración del solsticio de verano en Stonehedge, el más famoso y mejor conservado monumento megalítico, situado a pocos kilómetros de Salisbury, en Inglaterra. Quienes lo construyeron, alrededor del siglo XX antes de Cristo, se preocuparon de que en el día más largo del año los primeros rayos del sol atravesasen perpendicularmente la construcción. Actualmente, tantos son quienes quieren asistir a este mágico espectáculo que la entrada para disfrutar de ese amanecer está limitada y controlada.
– Año nuevo chino: Aunque así lo conocemos popularmente en occidente, en oriente lo llaman el Festival de la Primavera. Como el calendario chino depende del año lunar, la fecha es variable, pero entre el 21 de enero y el 20 de febrero China reserva 7 días para no trabajar, reunirse con las familia, celebrar y prepararse para el año que entra: las expectativas serán más o menos optimistas según cuál sea el animal, de entre los 12 que conforman el horóscopo chino, que se relacione con él. Tanto en el país más poblado de la tierra como en cualquier rincón del mundo donde haya una comunidad china, se pueden disfrutar de los característicos desfiles de dragones y leones en los que el rojo, símbolo del buen augurio, es el color estrella.