Ni visitas virtuales ni planos 3D, los pisos piloto ganan la batalla

Equipo de Redaccion

Finales de la década de 1960, media España está revolucionada por los cambios que se avecinan, son los años del despegue inmobiliario, del baby boom y el inicio de un impulso en la construcción que no pararía hasta finales de los 90. El piso piloto se convirtió en el gran protagonista. Una excursión obligada los fines de semana en que muchas familias soñaban con tener una casa como aquella… algún día.

Si probamos un menú degustación antes de una boda, si conducimos un coche antes de comprarlo, ¿cómo no iban a existir los pisos piloto para poder ver con anterioridad nuestra casa, la compra más importante de nuestra vida? Pero, ¿qué ha sido de los pisos piloto?

Según Javier Santacruz, investigador de la Universidad de Essex: “En el mercado actual el piso piloto se está utilizando muy poco. La inversión es muy alta, y para rentabilizarlo es necesaria una promoción de muchas unidades. Hoy en día, la mayoría de lo que se hace son promociones de pocas viviendas, donde este elemento se considera un gasto excesivo en marketing”. Para él, los avances tecnológicos tampoco pasan desapercibidos. “Por una inversión muy razonable se pueden crear realidades virtuales que proporcionan el efecto del piso piloto: me refiero a las infografías y a las visitas virtuales”. El futuro pasa por saber combinar todas estas posibilidades.

Comparte esta opinión José Luis Ruiz Bartolomé (consultor y analista inmobiliario y autor de ‘Adiós ladrillo, adiós’ y coautor de ‘Vuelve ladrillo, vuelve”) piensa que el piso piloto hoy en día queda circunscrito a dos tipos de promoción: las de gran tamaño (a partir de 100 unidades) y las de gran lujo. “En este caso, el cliente es muy exigente y no se conforma con las realidades virtuales y las infografías. Además, son promociones de gran valor añadido y altos márgenes, por lo que, aunque el tamaño de la promoción no sea muy grande, la inversión está compensada”.

En lo que todos coinciden sin ninguna duda es en la fuerza comercial del piso piloto. El profesor del IEB, Miguel A. Bernal así lo reconoce: “En el pasado fue un instrumento de marketing utilizado para la venta de propiedades inmobiliarias. Se utilizaban en grandes promociones urbanas, pero especialmente en desarrollos de viviendas unifamiliares y adosados,”, y concluye que, en su opinión, volverán a repuntar: “El rebrote de actividad inmobiliaria llevará nuevamente a recuperar la figura de los pisos piloto…aunque su presencia será más limitada”.

José Luis Ruiz Bartolomé insiste en que “a través del piso piloto el cliente se hace una idea muy real del resultado final. Además, da ideas muy útiles para decoración”. Los piso pilotos aporten un valor añadido a los clientes dándoles la oportunidad de imaginarse cómo sería si ese fuese su hogar. La mayoría de los pisos pilotos son viviendas con las mismas características que el resto y se suelen vender una vez llega a su fin la comercialización del conjunto. Y es que no les falta nada. Desde cocinas equipadas con última tecnología, sofás reclinables a adornos que te hacen sentir como en casa.

Teniendo en cuenta que los pisos piloto decorados y amueblados consiguen disparar las ventas, otra opción a valorar que ha surgido en los últimos años, sobre todo cuando el presupuesto de la promoción es limitado, consiste en amueblar el piso piloto con prototipos de muebles de cartón piedra.

¡Con todas estas opciones le auguramos una larga vida al piso piloto!

 

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