“Se regala aldea en el concejo de Cortegada (Ourense). A orillas del río Miño. Necesita rehabilitación”.
A finales de septiembre, un reportaje en televisión dio publicidad a esta iniciativa del ayuntamiento de Cortegada para recuperar un paraje abandonado por sus habitantes en los años 50 a causa de la construcción de un embalse.
La única exigencia del consistorio es que el nuevo propietario afronte la recuperación de la aldea y del entorno, tomado por la vegetación. En total, se estima que la inversión rondaría el millón de euros. Ya se han interesado más de mil personas y las mejores ofertas han llegado del extranjero.
Según los datos de aldeasabandonadas.com, en España hay unos 3.000 pueblos abandonados y de ellos, más de un centenar está en venta. Solo en esa web están registrados 80. Los precios varían mucho, dependiendo de la extensión de la superficie, de su ubicación, del número de edificios y de su estado de conservación.
Éste es uno de los más económicos: “Aldea en Lugo. 13.000 metros cuadrados de finca. Casa principal de 140 metros cuadrados a restaurar. Tres casas más para reformar y edificar. Manantial y fuente propia. Zona de caza y pesca. Muy buenas vistas al valle y a la montaña. Precio: 62.000 euros”. En el otro extremo, estaría un pueblo cerca de Igualada (Barcelona) con 500 hectáreas, nueve casas, 14 masías y una iglesia: se vende por 3,5 millones de euros.
“Siempre ha habido demanda y oferta de activos singulares. Palacios, aldeas, pueblos… Pero es cierto que se ha producido un fuerte auge en los últimos tres o cuatro años, a raíz del eco que algunos canales de televisión internacionales se han hecho de este fenómeno”, explica Rafael Canales, uno de los responsables de aldeasabandonadas.com.
Tras ver un reportaje que apareció en la cadena France 2, un arquitecto canadiense se puso en contacto con una inmobiliaria para interesarse por una aldea de Lugo en venta. Su objetivo, rehabilitarla a su gusto para hacer un laboratorio para sus propios diseños.
El uso que los posibles compradores pueden dar a esas propiedades es variado: desde realizar una inversión inmobiliaria para su posterior venta una vez reformados los edificios, hasta la puesta en marcha de complejos de turismo rural o, simplemente, como original residencia particular.
Este último es el caso del Neil Christie, un arquitecto británico que adquirió una aldea en Galicia y que participó en un reportaje de la BBC sobre este tema: «A pesar de que en el norte de España llueve bastante, tiene un clima mucho más agradable que el de Inglaterra. Además, por 45.000 euros compré esta aldea con cuatro viviendas que yo mismo estoy restaurando. Por ese dinero, en mi país como mucho podría haber adquirido un garaje».
Son, sobre todo, compradores de otros países los que están interesados en estos pueblos abandonados que gracias a ellos pueden comenzar una nueva vida. Desde hace cinco años, el capital extranjero está llegando al mercado inmobiliario español en busca de posibilidades de inversión o de segundas viviendas. Alemanes y británicos son los que más operaciones realizan, sin embargo, rusos y suecos han disparado su demanda, y ahora es el mercado chino el que mira a España con mucho interés.
Según datos del Ministerio de Fomento, entre los meses de abril y junio de este año el 17% de las operaciones inmobiliarias fueron realizadas por extranjeros, mayoritariamente en zonas costeras. Pero además, están descubriendo las posibilidades del interior de la península, donde pueblos y aldeas buscan propietario.
Foto @Tierraplana, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0