Algunos países (afortunadamente España no está entre ellos) y en especial algunas ciudades, corren el riesgo de vivir una peligrosa burbuja inmobiliaria. Así lo afirman Hites Ahir y Prakash Loungani, dos investigadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hace unas semanas han publicado un exhaustivo informe señalando la densificación, falta de espacio y escasez de la oferta de suelo y vivienda en numerosos centros urbanos como las razones de un excesivo aumento de los precios.
Estamos ante una concentración creciente de las poblaciones en grandes ciudades, una tendencia que subrayaba el Panel sobre Sostenibilidad Global, elaborado por la ONU, arrojando dos cifras impactantes:
- Se estima que en 2040 el planeta acogerá 9.000 millones de habitantes, 2.000 millones más que en la actualidad.
- El 70% de la población mundial residirá en grandes ciudades, es decir, se concentrará la demanda de vivienda, bienes y servicios.
En efecto, la demanda crece de manera paulatina, con unas consecuencias cada vez más visibles. Lo explican Loungani y Ahir: “Muchos de los fuertes crecimientos de la vivienda en el pasado se vieron alimentados por un excesivo crecimiento del crédito. Pero esta vez, la escasez de oferta estaría jugando un papel muy importante en el fuerte incremento de los precios que se están registrando en algunas ciudades y países. En Copenhague y Estocolmo, el stock de viviendas no ha aumentado al mismo ritmo que la población, y eso ha alimentado en parte el incremento de precios observado en dichas ciudades. En años recientes, el FMI también ha resaltado la incidencia que tienen las restricciones de la oferta en algunas ciudades de China, Australia y Canadá, así como en muchos países europeos, como Alemania, Francia, Noruega, Países Bajos y el Reino Unido. Incluso en Irlanda, la escasez de oferta podría estar jugando el mismo rol”.
Hablar de tendencias y porcentajes resulta demasiado abstracto, cuando se puede ir al mercado para encontrar ejemplos sorprendentes de este fenómeno. En 2015 se ponían a la venta unos apartamentos de lujo en el número 42 de Crosby Street, en el elitista barrio del Soho, en Manhattan (Nueva York) donde encontrar una vivienda asequible es casi tan difícil como dar con un lugar para aparcar.
Los propietarios del inmueble vendieron 10 plazas de garaje a un precio de un millón de dólares, es decir, seis veces el precio medio de una vivienda en Estados Unidos (174.800 dólares).
En Hong Kong se dan unas circunstancias similares: una gran densidad habitacional, mucho tráfico y barrios exclusivos en los que unos pocos metros cuadrados valen su peso en oro. Prueba de ello es el edificio Mid-Levels, en la calle Conduit, donde a finales de 2016 se vendió una plaza de garaje (12,5 m2) por unos 565.000 euros. Esa misma calle registró en 2015 el récord asiático en el precio de compra de un apartamento: 70 millones de euros.
El boom de la demanda ha impulsado a algunas inmobiliarias a subir aún más sus precios. Es el caso de Phoenix Property Investors, que ha anunciado la salida al mercado de 54 plazas de aparcamiento en la misma zona a un precio que oscila entre 386.000 y 515.000 euros. Esto significa que ese suelo será más caro que los vehículos de súper lujo que se aparquen sobre él.