Rehabilitación urbana: ¿la asignatura pendiente?

Raúl Alonso

Los sectores de la construcción e inmobiliario no quieren pasar página sin haber aprendido la lección. En un momento en que se encara un nuevo ciclo expansivo, son muchos los que consideran que la recuperación no será completa si no se corrigen paradojas como que industrias punteras convivan con un parque de viviendas envejecido, como ocurre en muchas ciudades.

La rehabilitación y regeneración urbana es así una de las asignaturas pendientes de un sector que parece no encontrar motivación para dar un vuelco a esta realidad acuciante en algunos núcleos urbanos. Este fue el punto de partida del Congreso Nacional Inmobiliario, organizado por la Asociación de Promotores y Constructores de España (APCE), sobre dicha problemática.

José María Ezquiaga, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y uno de los más reconocidos urbanistas de España, constató que «el reciclaje de la ciudad consolidada es clave, pero es necesario tener una percepción cercana a cada situación. Hasta que el análisis no se aborde desde una perspectiva micro, no abandonaremos el terreno del deseo».

Ezquiaga entiende que estas actuaciones deben estudiarse desde cuatro ámbitos:

  • Casco histórico y edificios emblemáticos. Que en muchos casos cuentan con un gran número de inmuebles que, con el paso de los años, han sufrido grandes fragmentaciones internas hasta devaluar sus viviendas.
  • Tejidos urbanos formales. Los barrios urbanos en el centro de las ciudades que sufren o han sufrido procesos de gentrificación, proceso mediante el cual la población original de un barrio, generalmente céntrico y popular, es desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor. A todos se nos ocurren ejemplos cercanos. Lavapiés y Malasaña, en Madrid, el Born y el Raval, en Barcelona, o Ruzafa en Valencia, son algunos ejemplos.
  • Viviendas de la periferia. Donde subsanar deficiencias estructurales como la escasa superficie de vivienda o falta de ascensor.
  • Preparación del suelo. Tanto en la periferia, para promover la adecuada expansión de la ciudad, como en el centro, donde hay solares desocupados o que cambian de uso.

Dos casos prácticos

Como ejemplo de los beneficios que la rehabilitación urbana puede aportar, el Congreso Inmobiliario recogió dos experiencias de éxito:

Caso Beurko, en la localidad vizcaína de Baracaldo. Una actuación sobre una colonia de edificios con 750 viviendas afectadas de aluminosis y deterioro grave para la seguridad. Un núcleo poblacional habitado en el 56% por pensionistas, donde se propuso un plan de derribo y construcción de nuevos edificios que contó con el acuerdo entre las familias afectadas.

En explicación de Mariam Martín, presidenta de Víveme, la empresa que gestionó este proceso, todo fue posible gracias «a la construcción de 1.640 viviendas, de las que el 40% era libre, lo que dio viabilidad financiera al proyecto». Y además, sirvió para alojar a parte de las familias afectadas hasta que se entregara su vivienda definitiva. Finalmente se creó un barrio peatonal en torno a dos grandes plazas, con 1.500 aparcamientos subterráneos, una central térmica de agua caliente y locales comerciales.

Caso 22@, Barcelona. Aurora López, gerente adjunta de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, resumió este ejemplo de rehabilitación urbanística que afectó a más de 200 hectáreas en el centro de la capital catalana con una tipología de edificios muy heterogénea: patrimonio industrial a conservar, naves y fábricas muy deterioradas y viviendas. El objetivo fue mantener la actividad industrial, pero dando entrada a nuevas actividades económicas. Al tiempo se debía integrar a los vecinos actuales y atraer a nuevos habitantes.

Así se trabajó con modelos público, privados y de colaboración público-privada que permitieron dar una solución única a cada espacio, a favor de respetar la singularidad del barrio y de sus 114 edificios protegidos.  Finalmente en sus 137 kilómetros de calles conviven viejos y nuevos vecinos con unos 60.000 trabajadores de 4.500 empresas, muchas relacionadas con la nueva economía, de ahí la utilización de la arroba @ para dar nombre a un barrio que incluso se ha convertido en reclamo para los turistas más curiosos.

 

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