La reforma de una vivienda ya sea integral o parcial, es siempre un gran proyecto. No sólo porque conlleva un importante desembolso económico, también porque te lleva a tomar decisiones sobre aspectos que no suelen ser muy familiares. Si estás a punto de reformar tu casa, conviene ser precavido, meditar todas y cada una de las decisiones y seguir una serie de consejos para que el resultado sea óptimo:
- Ten claro lo que quieres.
Parece una obviedad, pero no lo es. Antes de acometer una reforma, debes plantearte cuáles son tus necesidades presentes y a medio plazo y también capacidad real de satisfacerlas, que dependerá de las posibilidades que ofrezca la casa y del presupuesto que tengas. ¿Cuántas habitaciones necesitarás? ¿Deberías ampliar la cocina y el baño? ¿Tienes suficiente espacio de almacenamiento? Si no tienes claras las opciones con las que cuentas, solicita el asesoramiento de un especialista.
- Planifica tu reforma con la máxima antelación.
‘Las prisas son malas consejeras’ es un dicho que cobra especial sentido a la hora de hablar sobre obras y reformas. Aunque no siempre es posible planificar una reforma con mucha antelación, es, sin duda, lo más conveniente. Contar con suficiente margen temporal te ayudará a encontrar al profesional adecuado, podrás aprovecharte de ofertas y descuentos, así como planificar las intervenciones en el momento del año que más te convenga.
- Piensa en tu reforma como en una inversión de futuro.
Lo más probable es que el resultado de una reforma se mantenga durante años, incluso décadas. Por ello, debes poner en la balanza la conveniencia de optar por materiales de calidad que ofrezcan durabilidad y por aquellas opciones que garanticen una mayor eficiencia energética, aunque estas decisiones impliquen un desembolso mayor en un primer momento.
- Cuenta con un buen equipo de profesionales.
Dependiendo del tipo de reforma que tengas entre manos y de su magnitud, puede que sea conveniente contar con un arquitecto (en algunas ocasiones, incluso lo exige la normativa) o que no sea necesario. Tanto en un caso como en otro, es vital que te asegures de que contratas a expertos solventes que cuentan con todas las licencias y certificaciones necesarias para el ejercicio de su profesión.
- Compara varios presupuestos.
Si tienes la posibilidad, siempre es recomendable que contactes con más de un profesional para que puedas comparar proyectos y presupuestos, los cuales deben estar desglosados al máximo detalle.
- Define claramente las condiciones.
Además de lo anteriormente dicho, se deben plasmar por escrito todos los términos del acuerdo al que llegues con el profesional. Debe reflejar aspectos como el día de inicio y el plazo de ejecución (y la posible penalización en caso de incumplimiento del mismo), la forma de pago (nunca realices el pago completo por adelantado), las consecuencias si se produjese una revocación del contrato, cómo será el procedimiento en caso de que hubiese modificaciones de algún tipo o cualquier otra cuestión que estimes relevante.
- Infórmate de todos los trámites necesarios y de las tasas que deberás abonar
Una vez más, la complejidad de los trámites administrativos y las tasas a pagar dependerán de la magnitud de la reforma. En algunos casos, necesitarás solicitar de forma previa licencia de obra, en otros será suficiente con realizar una comunicación y, en el caso de pequeñas intervenciones, no será necesario ningún trámite. En cualquiera de ellos, en el ayuntamiento de tu localidad te asesorarán sobre los pasos a seguir.
- Garantías y seguro.
Asegúrate de que cada profesional contratado se responsabilice de los posibles defectos en las intervenciones realizadas durante, al menos, el periodo mínimo de tiempo que marque la ley (este plazo puede ser ampliado de forma voluntaria). Para poder reclamar en un futuro, preocúpate de conservar la factura y, para evitar sorpresas, confirma por adelantado que el profesional que trabajará en tu vivienda cuenta con el seguro de responsabilidad civil obligatorio.
- Supervisa los avances.
La mejor manera de asegurarte de que los trabajos se desarrollan conforme a tus expectativas es que te impliques activamente. Para ello, visita periódicamente las obras y cítate con los responsables para comentar los progresos.
- Pon sobre aviso a tus vecinos
En caso de que tu reforma afecte a algún elemento comunitario deberás obtener el permiso de tu comunidad de vecinos antes de comenzar, pero, aunque este trámite no sea necesario, nunca está de más poner sobre aviso personalmente a aquellos vecinos que podrían verse incomodados por nuestra reforma informándoles sobre los horarios de trabajo y el plazo previsto para su finalización.
- Infórmate sobre las ayudas.
Es posible que la comunidad autónoma donde residas ofrezca algún tipo de ayuda o subvención para la rehabilitación de viviendas antiguas o para la mejora de su eficiencia energética, así que no pierdas la oportunidad de beneficiarte de ella.