¿De dónde vienen los edificios futuristas? En 1914, el arquitecto italiano Antonio Sant’Elia publicaba el Manifiesto de la arquitectura futurista, como respuesta a la vanguardia del Futurismo promovida por Marinetti. Defendía una arquitectura en perpetuo movimiento, que tenía en la línea horizontal el reflejo de buscada velocidad y en las ciencias, tecnologías y máquinas sus mayores aliados.
Desde entonces la arquitectura sueña con adelantarse a su tiempo creando espacios extraordinarios, y ha sido en la vivienda unifamiliar donde ha encontrado sus mejores ejemplos. Las siluetas de estos edificios desafían la imaginación pero cada vez más buscan su integración con un entorno al que respetan, tanto al avanzar en la autosuficiencia energética como al ser construidas con materiales respetuosos con el entorno. Y es que el futuro no se concibe sin el respeto al planeta.
Sorpréndete con los 10 edificios futuristas que te hemos seleccionado.
Villa F en Rodas, de Hornung and Jacobi
Entre sueño futurista y capricho de dioses, comienza el recorrido sobre arquitectura de inspiración futurista por este diseño de 2011 de Hornung and Jacobi (HAJ), estudio ubicado en Hamburgo. Las líneas de este prisma rectangular que discurre sobre una larga tarraza con piscina conversan a la perfección con el paisaje de Rodas, pero además lo respeta. La casa de vacaciones de 220 m2, cuenta con paneles solares y un techo solar mecánico, que ayuda a la refrigeración natural, al igual que la evaporación de la piscina, ubicada bajo los dormitorios.
Casa Rotante en Rimini, de Roberto Rossi
Atrapar la luz solar y convertirla en aliada de la vivienda es una de las máximas de la arquitectura. Esta casa experimental gira 360º sobre su eje desde su privilegiado emplazamiento para conseguirlo, y además lo hace con un balance energético cero, gracias al mix de energías renovables con que se la ha dotado. Nació de la colaboración del arquitecto Roberto Rossi y la empresa ProTek, si bien la idea no era nueva, ya que los también arquitectos italianos Etore Fagiuoli y Angelo Invernizzi protagonizaron una página de la arquitectura futurista de los años 30 con la Villa Girasole.
Le Palais Bulles en Cannes, de Antti Lovag
Vivir en la casa del futuro es una aspiración muy humana, y como tal, también se presta al humor. Entre el futurismo, la psicodelia y la arquitectura orgánica se mueve El Palacio de las Burbujas, una rocambolesca creación del arquitecto búlgaro Antti Lovag en la que vivió el visionario Pierre Cardin. Ubicada sobre una ladera con vistas al mar, la cascada de burbujas y las piscinas suspendidas constituyen objetos de curiosidad de todos los turistas de la Costa Azul. Este laberinto de pompas de jabón pasa además por ser una de las viviendas más caras de Europa, según se publicó en 2017, se había vendido por 350 millones de euros.
Casa del Sol en Marbella, de Fran Silvestre Arquitectos
La obra del escultor Andreu Alfaro, La puerta del universo, inspira esta singular vivienda ubicada en una parcela con gran desnivel de Marbella. El estudio valenciano Fran Silvestre crea con esta gran semicircunferencia un espacio abierto al cielo que abraza el mar, al tiempo que protege la intimidad de sus habitantes, recortando un espacio íntimo y familiar que aprovecha el entorno natural.
Dupli Casa en Stutgart, de J. Mayer. H
El autor de uno de los nuevos iconos sevillanos, las Setas de la plaza de la Encarnación, es el osado arquitecto de la Dupli Casa, ubicada en Luisburgo (Ludwigsburg), junto a Stuttgart. Respetando la huella de la villa original y sus repetidas ampliaciones a medida que la familia crecía, el estudio J. Mayer H. dota en 2008 de unidad y singularidad a esta vivienda ideada para crear espacios públicos para el disfrute de todos –como su piscina cubierta, gran jardín y salones– y otros más íntimos para lo que se juega con giros arquitectónicos y voladizos sobre sus casi 1.200 m2 de superficie.
Casa en el Paisaje en Moscú, de Niko Architect
Este magistral ejemplo de la arquitectura orgánica y futurista se ubica a las afueras de Moscú. Su mayor logro es incorporar el paisaje en su arquitectura, que lo proyecta hacia el interior, creando un espacio íntimo de gran belleza. El estudio Niko Architect tampoco ha olvidado cuidar al detalle los 300 m2 de espacio interior con unas paredes y techos de suave ondulación perforados por tragaluces que lo iluminan estratégicamente.
Cloud House en Melbourne, de McBride Charles Ryan
Este estudio de arquitectura e interiorismo abordó la extensión y renovación de una casa eduardiana en Melbourne, y el resultado no deja de sorprender. Aunque se respetó las doble fachada original, la ampliación de la vivienda rompió con todos los cánones de la arquitectura de hace un siglo, apostando por una extensión tubular con sección de gran nube infantil. Recorre varios espacios modulares pensados para el recreo que conducen a la piscina. Un revestimiento interior de madera da uniformidad a todo el añadido.
House in a Garden en Londres, de Gianni Botsford Architects
Desde su construcción en 2018 en Notting Hill, el estudio también londinense de Gianni Botsford ha tenido una gran repercusión con esta casa que articula sus 247 m2 en torno a un singular tejado con un gran tragaluz. Esta decisión convirtió la dificultad de construir sobre un terreno estrecho circundado por casas de mayor altura, en su mayor acierto. El terreno, antes ocupado por un bungaló, se organiza en planta baja, dos sótanos y varios jardines todos ellos iluminados por la oquedad del tejado en un juego de sombras y luces. Un ejemplo de cómo la buena arquitectura vence la presión por falta de espacio de una gran urbe como Londres.
Villa Libeskind, de Daniel Libesking
Las dos últimas de las casas futuristas hablan del avance de la vivienda industrializada. En este primer ejemplo, con un diseño del influyente estudio neoyorquino de Libesking ubicado en la célebre calle Broadway. Se trata de una vivienda de 500 m2 distribuidos en dos plantas y sótano con cuatro dormitorios. Su peculiar diseño se basa en tres estructuras de angulosas formas entrelazadas, lo que confiere un gran movimiento visual. El arquitecto ha dotado a su creación de conciencia ecológica, por ello utiliza un sistema solar térmico integrado en la fachada de zinc, bomba de calor por geotermia y un sistema de recuperación de agua de lluvia para el cuidado del jardín.
Ecocapsula, de Ecocapsula
También es posible sentirse en el futuro por 49.900 euros. Esta es la propuesta de Ecocapsule un desarrollo del estudio eslovaco Nice & Wise que apuesta por esa unidad de vivienda que puede ubicarse en cualquier sitio por su autosuficiencia energética, utiliza tanto la energía solar como la eólica y además recolecta el agua de lluvia. Sus 6,3 m2 cubren todas las necesidades vitales de una o dos personas, aunque no se comercializa como vivienda autónoma sino como complemento a otra mayor a modo de habitación de invitados, espacio de trabajo, etc.
Como puedes ver hay una gran variedad de edificios futuristas que abogan por formas arriesgadas, pero también por la sostenibilidad, la autosuficiencia energética, la adecuación al entorno y la eficiencia.